El Dios que libra
Sabemos y repetimos muchas veces el versículo que dice: “Podrán caer mil a tu izquierda, y diez mil a tu derecha, pero a ti no te afectará”, Salmo 91: 7. Pero, ¿alguna vez has pensado cómo sería ver este versículo con tus propios ojos en una situación real? Quiero contarte la historia de una mujer que ciertamente lo vio. Y más de una vez.
Violet Constance Jessop nació en Argentina en 1887. Muy joven, a la edad de 21 años, ya era comisaria de bordo en barcos transatlánticos.
La joven Violet simplemente sobrevivió a tres desastres maritimos, en tres navios diferentes. En 1911, estaba a bordo del barco Olympic, cuando este se estrelló contra un buque de guerra. Ella sobrevivió. Al año siguiente, en 1912, estaba a bordo de nada menos que el Titanic, que todos conocemos la historia. El barco se hundió, pero ella fue una de las sobrevivientes. Como si no fuera suficiente, en 1916, ella estaba a bordo del Britannic, que, debido a la Primera Guerra Mundial, se había convertido en un barco hospital, buscando heridos de guerra. Este barco tocó una mina marina, que explotó y el barco se hundió. Y ella también sobrevivió a esta tercera tragedia. Violet solo moriría en 1971, a la edad de 83 años.
A veces leemos la palabra de Dios de manera “automática” y no compreendemos realmente las palabras de este libro. Pero estoy seguro de que hay muchas situaciones en la vida que retratan el cumplimiento de las promesas descritas en la Biblia. Ciertamente en su vida, hubieron o habrá momentos en que la palabra de Dios se hace viva y clara, para que realmente pueda experimentarla.
Mi deseo es que algún día digas, como Job: “De oídas había oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos”, Job 42: 5.
Oración: Señor, mi deseo es vivir tus enseñanzas y ver con mis propios ojos tu palabra cumplirse. Amén!
Versículo base: “No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que acecha en las sombras ni la plaga que destruye a mediodía. Podrán caer mil a tu izquierda, y diez mil a tu derecha, pero a ti no te afectará.” (NVI) Salmos 91: 5-7