¿Dónde estás tú?

La Biblia nos cuenta en Génesis 3, versículo 8, que después de pecar, Adán y Eva se escondieron de la presencia de Dios: “Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto”
Pero Dios, caminando por el jardín, habría llamado al hombre y preguntado: “¿Dónde estás tú?”
Piénsalo por un momento. ¿Será que Dios no sabía dónde estaba el hombre? ¿Acaso el Dios todopoderoso, omnisciente, omnipotente y omnipresente necesitaba preguntar para saber dónde se escondía el hombre? Por supuesto, Dios sabía exactamente dónde estaba el hombre, porque es imposible esconderse de la presencia del Señor (Salmo 139:8-10).
¿Por qué entonces llamaba Dios al hombre? Dios lo llamó, porque el hombre había huido de su presencia. A causa del pecado el hombre se alejó de la presencia del Señor. Y entonces el Señor lo llamó y de la misma manera, hoy llama por ti: “¿Dónde estás tú?”
El Dios que creó el cielo y la tierra quiere que regreses a su presencia. Él te ama tanto que envió a su hijo Jesús a morir por ti, para darte un camino de regreso a su presencia. Por eso, te llama y te pregunta: “¿Dónde estás tú?” No es que Él no lo sepa, sino que quiere que decidas no esconderte más de Su presencia. Él quiere que regreses a los brazos del Padre, como lo hizo el hijo pródigo (Lucas 15:20).
Oración: Padre amado, ya no quiero huir de tu presencia. Respondo a tu llamado y regreso a tus brazos. Amén.
Texto base: Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? (RV1960) Génesis 3: 8-9