Dios se complace en las primicias

El libro de Levítico en la palabra de Dios trae instrucciones al pueblo de Israel en cuanto a los sacrificios, la pureza, las fiestas y el sacerdocio. Durante mucho tiempo, fue el guía máximo del pueblo en todos sus eventos, prácticas y rituales.
En el capítulo 23 encontramos una orientación con respecto a la cosecha. Dice: “Cuando entres en la tierra que te doy y recojas la primera cosecha, lleva al sacerdote el primer manojo de tu primera cosecha de grano”. Vea qué interesante la orden de Dios para su pueblo. Debían llevar al sacerdote el primer manojo de la primera cosecha.
¿Qué puedo aprender de esta instrucción? Que Dios se agrade con las primicias. Nuestro Dios se complace en recibir el primer trozo de pastel en su fiesta de cumpleaños, haciendo un paralelo con una tradición brasileña de dar la primera porción de pastel a la persona más especial entre los invitados. El primer manojo de grano es HONOR, así como el primer pedazo de pastel es HONOR.
¿Y cómo puedo dar las primicias a Dios? Es muy fácil y lo puedo hacer cada día: dedicándole los primeros minutos de mi día. Cuando me levanto cada mañana, puedo pasar los primeros minutos de mi día en mi celular, leyendo mis mensajes de WhatsApp. También puedo dedicar los primeros minutos al desayuno, o a mi cuerpo, yendo al gimnasio. También puedo dedicar los primeros minutos de mi día a las noticias en la televisión. O finalmente puedo hacer la mejor elección: entregarle a Dios los primeros minutos de mi día, a través de la oración y la lectura de su palabra.
Oración: Señor, decido regalarte los primeros minutos de mi día, porque entiendo que te agrada recibir las primicias. Amén.
Versículo base: Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Da las siguientes instrucciones al pueblo de Israel. Cuando entres en la tierra que te doy y recojas la primera cosecha, lleva al sacerdote el primer manojo de tu primera cosecha de grano. (NVT) Levítico 23: 9-10