“Dios no me ayudó cuando más lo necesitaba”
Se cuenta que una familia decidió hacer un viaje en crucero con su hijo adolescente. Fue un gran momento familiar y todos disfrutaban felices del paseo. El joven, sin embargo, era agitado y a veces descuidado e irresponsable. Junto con un amigo que conoció en el viaje, apostó a que podía mantener el equilibrio en la barra de protección al final del barco. Y lo hizo: se subió a la barandilla y empezó a caminar sobre ella, equilibrándose. Sin embargo, un movimiento más fuerte del barco en el mar, acompañado de una ráfaga de viento, lo volcó y aquel joven cayó al mar. Desesperado, el joven en el mar sólo gritaba: “Papá, papá, sálvame”. Su padre, al ver a su hijo en el mar, no dudó ni un segundo y saltó del barco para salvarlo. Nadó hasta alcanzar a su hijo y luego, ambos fueron rescatados por la tripulación del crucero.
En esta breve historia, podemos ver aquél que, en muchas veces, es nuestro comportamiento ante Dios. Tomamos decisiones imprudentes e irresponsables, nos arriesgamos sin consultar a Dios e ignoramos sus instrucciones. Pero cuando todo sale mal, ahora si, oramos a Dios y clamamos: “Sálvame Señor”.
Pero es posible, que tal vez estés pensando en este mismo momento: “Pero Dios no saltó del barco para salvarme cuando más lo necesitaba”.
Mi amado lector, hay una gran diferencia entre el padre de esta ilustración y nuestro Dios creador y esta diferencia es muy simple: Dios sí, tiene control sobre todo.
Ese padre no tenía control sobre la situación y solo hizo lo único que se le ocurrió hacer. Nuestro Dios, sin embargo, tiene control sobre todas las cosas. Él tiene dominio sobre el mar, porque Él lo creó. Dios tiene control sobre las olas, sobre los tiburones y el viento. Tiene poder para secar el mar con una sola palabra. También sabe cuánto tiempo puedo aguantar en el mar. Mi Dios, no necesita saltar desesperadamente al mar para salvarme. Y en su sabiduría, Él sabe lo que yo no sé, ve lo que yo no veo y tiene un propósito detrás de cada evento. Si Dios no se lanzó al mar para salvarte, confía que sus planes son más grandes.
Oración: Señor, quiero confiar en que tus planes son más grandes, aunque no los entienda. ¡Amén!
Versículo base: «Porque Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, Ni sus caminos son Mis caminos», declara el Señor. «Porque como los cielos son más altos que la tierra, Así Mis caminos son más altos que sus caminos, Y Mis pensamientos más que sus pensamientos. (NBA2005) Isaías 55:8-9