“Dios me da el doble”
Vi en Facebook dos videos grabados por un grupo de ciclistas. Estaban en bicicleta en una zona muy remota de la ciudad, cuando se rompió el pedal de uno de ellos, muy cerca de la casa de un niño muy pobre. Este niño quitó el pedal de su propia bicicleta y se lo ofreció al ciclista con las siguientes palabras: “Puedes quedarte con mi pedal, no pasa nada. Dios me da el doble“.
Me quede pensando en las palabras del niño: “Dios me da el doble“. Porque el doble de Dios nunca es el doble que la matemática nos enseña. Para las matemáticas, el doble de un pedal serían dos pedales, ¿correcto? Sin embargo, después de 25 días, el grupo de ciclistas regresó allí. Y llevó una bicicleta completamente nueva para el niño. En la cuenta de Dios, ¡el doble de un pedal es una bicicleta completa!
Esta historia ilustra muy bien el carácter de nuestro Dios. Él quiere darnos más del doble. La misericordia de Dios es infinitamente mayor de lo que podemos pensar o imaginar. Y esto es exactamente lo que el versículo en Jeremías 29:11 trata de explicarnos: “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.”.
¿Qué nos falta para comprender y experimentar verdaderamente la realidad de Jeremías 29:11 en nuestras vidas? ¿Cuánto tiempo más necesitamos para entender que el doble de Dios es mucho más que multiplicar por 2?
Oración: Señor, quiero experimentar Jeremías 29:11 en mi vida. Revelame lo que necesito hacer. ¡Amén!
Versículo base: “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.” (NVI) Jeremias 29: 11