Debemos amarnos los unos a los otros

Chiquinho Scarpa es uno de los excéntricos y controvertidos millonarios brasileños. En septiembre de 2013 hizo un anuncio un tanto inusual, que llamó la atención de los medios brasileños e internacionales. Chiquinho Scarpa dijo que después de inspirarse en los faraones egipcios, quienes solían enterrar sus riquezas para disfrutarlas en el más allá, decidió enterrar su auto, un Bentley Continental Flying Spur, valorado en $ 1 millón, para que pudiera conducirlo. después de dejar este mundo. El funeral del carro estaba programado para el 20 de septiembre de 2013 a las 9 am. El tema fue destacado en los medios de comunicación y objeto de muchas críticas: “¿por qué no donar el coche a la caridad? ¿Por qué este desperdicio? ¿Chiquinho Scarpa perdió la cabeza?” El día del funeral de Bentley, Scarpa revela entonces que todo no pasaba de una actuación, con el objetivo de promover la donación de órganos. “La gente me condena porque quería enterrar un Bentley de un millón de dólares, cuando de hecho, la mayoría de la gente entierra algo mucho más valioso que mi coche”, dijo Scarpa en su discurso.

Obviamente, la Biblia no aborda explícitamente la donación de órganos, ya que cuando fue escrita, esta práctica era completamente impensable. Sin embargo, podemos entender fácilmente por la palabra de Dios que esta práctica está aprobada por nuestro Padre celestial. Primero, porque Jesucristo mismo dio su cuerpo en nuestro lugar. En el sacrificio de Cristo por cada uno de nosotros, todo su cuerpo fue entregado. “Ya que Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros“. Y donar es amar.

La donación de órganos es, sin duda, un gran acto de amor, realizado en el momento de mayor dolor para los miembros de su familia. Sea tu también un donante de órganos y comunique esa decisión a su familia.

Versículo base: En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados. Queridos hermanos, ya que Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. (NVI) 1 Juan 4:10-11