“Dar ejemplo no es la mejor manera de influir en los demás; es la única manera”
“Dar ejemplo no es la mejor manera de influir en los demás; es la única manera“. La frase que da título a esta reflexión no es mía, lo dijo Albert Einstein. Y muy bien podría ser entendida en especial por nosotros, los cristianos.
Jesús vino a este mundo y predicó las verdades de Dios y hoy hay muchas palabras de Jesús registradas en la Santa Biblia. Sin embargo, Jesús también predicó sin palabras. Nos dio ejemplo en todo, porque las palabras, sin ejemplo, están vacías.
Jesús no solo predicó sobre el servicio, pero sirvió lavando los pies de los discípulos. Jesús no solo predicó sobre dar su vida por el prójimo, sino que él mismo dio su vida, muriendo en la cruz. Jesús no solo habló de someterse a las autoridades, sino que se sometió a un juicio injusto y a la muerte, impuesto por un gobernador llamado Pilato. Jesús no solo predicó sobre el amor y el cuidado de los necesitados, también abrazó a los leprosos, sanó a los enfermos y dio pan y comida a los hambrientos.
El desafío de hoy es este: menos palabras, más ejemplos. Hoy quiero hablar menos y vivir más de lo que he predicado. No quiero ser un sepulcro blanqueado. ¡Ayudame Señor!
Oración: Señor, clamo por tu ayuda para poder vivir el evangelio con el ejemplo, mucho más que con las palabras. ¡Amén!
Versículo base: ¡Fariseo ciego! Limpia primero por dentro el vaso y el plato, y así quedará limpio también por fuera. ‘¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que son como sepulcros blanqueados. Por fuera lucen hermosos pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre. Así también ustedes, por fuera dan la impresión de ser justos pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad. (NVI) Mateo 23:26-28