Creamos dioses a nuestra imagen y semejanza

Escuché una frase interesante de mi amigo, el Pr. Tiago Mello, en Brasil, que me hizo pensar en algo que no había pensado hasta entonces. Él dijo: “Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza. Y desde su caída, el hombre ha creado dioses a su imagen y semejanza“.

Como se registra en Génesis 1, versículos 26 al 28, podemos ver que Dios de hecho hizo al hombre, a su imagen y semejanza. Somos el punto más alto de la creación del Señor, fuimos creados a imagen de nuestro creador y recibimos la misión de cuidar el planeta, también creado por Él. Sin embargo, el hombre fracasó y cayó por no obedecer el mandato que recibió, que era no comer del fruto del árbol en el centro del jardín. Y desde entonces, el hombre ha creado dioses a su imagen y semejanza. Es decir, dioses mortales, dioses fallos, dioses mentirosos y engañosos.

¿Cuáles son los dioses creados por el hombre? Nuestros dioses son las celebridades, los políticos, los clubes de fútbol y las series de televisión. Son esposas o esposos, líderes, hijos o incluso pastores. Estos dioses son trabajos, puestos o cuentas bancarias. Son carros, motos o apartamentos. Los dioses creados por el hombre son todo lo que ocupa el lugar de Dios en nuestra vida.

La invitación de hoy es para que renuncies a estos dioses, creados por ti mismo, y que puedas, desde hoy, servir al único Dios verdadero, que te ha creado a su imagen y semejanza.

Oración: Señor, no quiero crear falsos dioses a imagen y semejanza mía y de mis defectos. Solo quiero servirte y amarte a ti. ¡Amén!

Versículo base: y dijo: ‘Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes,[2] y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo.’ Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó, y los bendijo con estas palabras: ‘Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo.‘ (NVI) Génesis 1:26-28