Corpus Christi

Corpus Christi significa el cuerpo de Cristo. Es una fecha conmemorativa de la Iglesia Católica que tiene como objetivo celebrar el misterio de la Eucaristía, es decir, el sacramento del cuerpo y la sangre de Cristo. Siempre se celebra 60 días después de Pascua. Entonces, en caso de que no esté familiarizado con las fechas religiosas, en resumen, tenemos: Pascua, que siempre ocurre el primer domingo después de la primera luna llena, en el comienzo de la primavera. Luego tenemos la Ascensión de Cristo, cuando Cristo asciende al cielo 40 días después de su resurrección. Luego Pentecostés, es decir, la llegada del Espíritu Santo, 10 días después de la Ascensión de Cristo. Y finalmente, 10 días después, tenemos la celebración del Corpus Christi.

Hay muchas fechas conmemorativas que recuerdan a Cristo y lo que ha hecho por nosotros. Sin embargo, es común ver que nuestra mayor preocupación, a menudo, es saber si será festivo o no, para que podamos descansar de nuestras actividades. O finalmente, son solo fechas que terminan sin tener un significado real en nuestras vidas. No tiene sentido celebrar un día festivo si no tengo la capacidad de entender su significado y que no produzca ningún fruto en mi vida.

Nuestro Dios no quiere celebraciones que no provengan de un corazón sincero. Entonces, no más celebraciones vacías. “Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad,* porque así quiere el Padre que sean los que le adoren”, Juan 4:23. Tú y yo, ¿hemos adorado al Padre en espíritu y en verdad? “Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe”, Hebreos 10: 22.

Mi deseo todos los días es poder adorar a mi Dios con sinceridad en mi corazón, en espíritu y en verdad. Que este deseo también sea el tuyo.

Oración: Señor, quiero conocerte más y más, en espíritu y en verdad, con sinceridad en mi corazón. ¡Amén!

Versículo base: Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y exteriormente lavados con agua pura. Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa. Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras (NVI) Hebreos 10: 22-24