¿Cómo te imaginas a Dios?
Esta pregunta es muy importante. Cuando piensas en Dios, ¿cómo lo imaginas? Y donde esta El?
La gran mayoría de nosotros podemos pensar en Dios como el anciano con una túnica y una larga barba blanca. ¡Y probablemente una expresión mal humorada o séria! Sería muy raro que alguien imaginara a Dios como un chico joven con pantaloneta, camiseta sin mangas y chancletas. Sin embargo, la gran cuestión es que nuestra tendencia es imaginar un Dios distante. Un Dios que está arriba en el cielo. Está ocupado y de mal humor. También pensamos que su única preocupación es encontrar una manera de castigarnos por nuestros pecados.
Trata de imaginar a Dios de un modo diferente
Pero tratemos de pensar en Dios de una manera diferente de lo tradicional. ¿Alguna vez has pensado en ver a Dios sentado en el sofá de tu casa? ¿Y qué de pronto se está riendo a carcajadas con una broma que dijiste? ¿O desayunando contigo y tu familia? Es posible que prefiera ver a Dios sentado en tu automóvil mientras manejas en dirección a tu trabajo. ¿Qué tal pensar que Dios está más cerca de lo que crees? Esto es muy poderoso. Si siempre pensamos en un Dios distante, estaremos distantes de Él. Por otro lado, si pensamos en un Dios cercano y presente, estaremos cerca y juntos a Él.
Porque si entiendo que Dios está a mi lado, todo el tiempo y todos los días, será muy fácil desarrollar una vida de oración.
Oración: Señor, quiero aprender a sentirte cerca de mí. ¡Ya no quiero pensar en ti como un viejo, barbudo y ceñudo allá lejos en el cielo! Enséñame, Señor, a verte aquí en mi casa todos los días. Amén.
Versículo base: “Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren. En verdad, él no está lejos de ninguno de nosotros” (NVI) Hechos 17: 27
Nunca me imagino a Dios físicamente. Yo me imagino a Dios majestuoso, pero a la vez amoroso, apapachador, con una gran sonrisa, y cuando lloramos o estamos tristes, lastimados se me imagina su mirada, inclinando su rostro y listo para abrazarnos