¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana?
Estaba leyendo sobre cómo funciona la pena de muerte en Japón. Según el material que estaba leyendo, en Japón los condenados a muerte no saben el día ni la hora de su ejecución. Ni siquiera a sus familiares se les informa cuándo tendrá lugar la ejecución de su ente amado. La noticia llegará apenas 1 hora antes, cuando finalmente, el preso sabrá que ha llegado su hora. El objetivo de esta determinación es precisamente aumentar la pena y el sufrimiento, mediante el terror psicológico.
Pensando en ello recordé que, al igual modo, yo tampoco sé el día de mi partida de este mundo. No estoy condenado a muerte y no hay una fecha prevista para mi ejecución. Pero eso no significa que no pueda dejar esta vida en cualquier momento.
Una vez Jesús preguntó a una multitud que lo escuchaba: “¿Acaso con todas sus preocupaciones pueden añadir un solo momento a su vida?” (Mateo 6:27) Y Santiago, en su carta escribió: “¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana? La vida de ustedes es como la neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma.”. (Santiago 4:14)
Pensando en estos versos y reflexionando sobre la vida, me doy cuenta de que, como los condenados a muerte en Japón, tampoco sé el día y la hora en que terminará mi estancia aquí. Por eso, debo vivir cada día como si fuera el último.
Necesito elegir amar y no pelear y discutir. Necesito elegir abrazar y no empujar. Debo decir a alguien que lo amo y extraño, mientras pueda. Puede que mañana no sea mi último día en este mundo, pero podría ser el de un amigo o familiar. ¿He manifestado mi amor a todos? ¿He pedido perdón a aquellos a quienes he lastimado? ¿Reconozco y agradezco lo que hicieron o hacen por mí?
Salomón en Eclesiastés, capítulo 7, versículo 1 escribió que “el día que morimos es mejor que el día que nacemos.”. Y Salomón hace esta afirmación porque, saber que vamos a morir, nos ayuda a comprender mejor las verdaderas prioridades y nos hace más sensibles a la palabra de Dios. Y muchos de nosotros vivimos esta vida totalmente centrados en cosas que no importan.
Hoy es un día para reflexionar sobre tu vida y tus prioridades. No conoces el día de mañana. No sabes si vas a estar o no. Pero ambos sabemos que tenemos el día de hoy ante nosotros y que podemos tomar las decisiones correctas.
Oración: Señor, no sé como será mi día mañana. Pero tengo un “hoy” delante de mí, para hacer tu voluntad. Revélame Señor, cómo debo vivir este día hoy. Amén.
Versículo Base: ¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana? La vida de ustedes es como la neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma.(NTV) Santiago 4:14