Como cristiano, ¿puedo apostar?
Estamos en medio de un mundial de fútbol. Y una diferencia importante entre un mundial y cualquier otra competencia de fútbol es el alcance que logra. Un mundial de fútbol es seguido por millones de hombres y mujeres que normalmente no siguen el fútbol, pero terminan interesados en la competencia. Y por desgracia, el fútbol está más que nunca, tomado por las casas de apuestas. Las apuestas siempre han existido, es cierto, pero nunca antes habían llegado a tanta gente como hoy, y especialmente en este mundial. Todos los juegos retransmitidos están repletos de comerciales y anuncios de casas de apuestas y cada vez más personas, que nunca antes habían entrado en este mundo de las apuestas, ahora lo hacen. Y al final de esta Copa del Mundo, muchas familias tendrán la vida destrozada por la ilusión del dinero fácil.
Solo en la primera ronda de la copa, dos partidos tuvieron resultados sorprendentes: la derrota de Argentina ante Arabia Saudita y la derrota de Alemania ante Japón. Pude observar en las redes sociales la gran cantidad de personas que perdieron grandes sumas de dinero, ya que apostaban al resultado más “obvio”. Mientras que algunos pocos se beneficiaron enormemente de los resultados inesperados.
Entonces surge la pregunta: como cristiano, ¿puedo apostar?
Y sin pretender establecer una “doctrina” o dar una respuesta definitiva a esta pregunta, me limitaré a algunas consideraciones para que cada uno pueda sacar sus propias conclusiones:
- El juego puede ser una adicción peligrosa que conduce a la destrucción: “Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción” – 1 Timoteo 6: 9
- La Biblia nos enseña a trabajar con nuestras manos: ” a procurar vivir en paz con todos, a ocuparos en vuestras propias responsabilidades y a trabajar con vuestras propias manos.” – 1 Tesalonicenses 4:11
- Tu prioridad siempre debe ser el cuidado de tu familia: “El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.” – 1 Timoteo 5:8
- No todo conviene y nada debe dominarme: ” «Todo me está permitido», pero no todo es para mi bien. «Todo me está permitido», pero no dejaré que nada me domine.” – 1 Corintios 6:12
Mi querido lector, quien lucra con los juegos de azar, debe recordar siempre que ese dinero proviene de familias que han sido destruidas. Es dinero que a menudo proviene de padres que dejaron de hacer el mercado familiar con la esperanza de “multiplicar” el dinero en una apuesta. Es dinero ganado sin producir nada útil a la sociedad, sólo fruto de la “suerte” de uno y la “mala suerte” del otro.
Y finalmente, pregúntate: ¿Qué haría Jesús? ¿Apostaría?
Oración: Señor, quiero ganar mi dinero trabajando con mis propias manos. También te pido que abras los ojos de aquellos que están destrozando a sus familias en busca de dinero fácil. Amén.
Versículo Base: a procurar vivir en paz con todos, a ocuparos en vuestras propias responsabilidades y a trabajar con vuestras propias manos. Así os he mandado, para que por vuestro modo de vivir os ganéis el respeto de los que no son creyentes, y no tengáis que depender de nadie. (NVI) 1 Tesalonicenses 4:11-12