Aprende del pasado, vive tu hoy, construye el futuro

Pasado, presente y futuro son momentos diferentes en nuestra vida que deben tener su lugar y su relevancia. Sin embargo, a menudo algunos de nosotros terminamos viviendo intensamente solo una de estas etapas.
Muchas veces, vivimos en el futuro cuando no es real. Un futuro idealizado que no existe y puede que ni siquiera exista. Otras veces también vivimos en el pasado, un pasado que ya no existe y del que no podemos salir. También vivimos hoy como no deberíamos vivir, de manera irresponsable. Ilustraré a continuación.
Futuro: ¿Qué haría si …?

En un 31 de diciembre, escuché a Fabricio Carpinejar en la radio de Gaucha de Brasil, hablar sobre lo que la gente haría con sus $ 50 millones de dólares que paga la loteria (Mega Sena da Virada, en Brasil). Hablaba sobre lo generosos que serían, ayudando a amigos, hermanos y padres. Carpinejar luego enfatizó que debemos ser generosos con lo que tenemos y no con lo que no tenemos. En lugar de ser generosos con los $ 50 millones que no tenemos (y probablemente nunca tendremos), mejor sería ser generosos con $ 1,00 dólar que tenemos.
¿Cuántos de nosotros no vivimos así, pensando en lo que haría si … y vivimos siempre en el futuro, en “cuando yo tenga …”, o “cuando yo sea …” o “cuando yo esté … “.
Pasado: cuando no puedes salir de allí …
Hay personas que viven para siempre en el pasado. Recuerdo que una vez hablé con el dueño de una importante multinacional brasileña y me contó algo sobre su madre. Dijo que le sugirieron que contratara a otra enfermera para que la cuidara, ya que estaba en una edad avanzada. Ella dijo que no, porque no quería gastar mucho. Esta señora había vivido un pasado de mucho sacrificio, mucha pobreza. Todavía no podía entender que ya no vivía allí, que su familia ahora era próspera y tenía todos los recursos necesarios para darle la mejor calidad de vida.
A menudo, no logramos dejar el pasado y seguimos viviendo en un tiempo que ya pasó.
Presente: vivir demasiado el presente, sin responsabilidad
También vemos a jóvenes viviendo de la manera equivocada el día de hoy. Sin ninguna preocupación por el futuro.
Los embarazos adolescentes, el consumo de drogas, las fiestas y la diversión sin medida son formas de “disfrutar hoy” de una manera incorrecta, poniendo en riesgo el futuro. Aprovechar tú hoy es muy diferente, significa hacer que las horas de su día cuenten, hacer con que el día de hoy esté construyendo algo para mañana, que tu hoy venga con alguna “inversión” para tu futuro. Y que no sea solamente el “máximo disfrutar” de la vida, sin responsabilidad.
Aprendiendo con el pasado
Versículo: “Nunca preguntes por qué todo tiempo pasado fue mejor. No es de sabios hacer tales preguntas.” (NVI) Eclesiastes 7: 10
El pasado no existe para ser comparado con el presente. El pasado existe para que podamos aprender de él, mejorar hoy y construir el futuro.
1. El ser humano tiene la capacidad de aprender

Lo que nos diferencia de los animales es nuestra capacidad de aprender. Un ser humano cuando nace es menos capaz que un perro. Un animal puede nacer y ser abandonado y aún así sobrevivir. No un bebe. Un ser humano abandonado muere. Un bebé de 1 año, si es abandonado, morirá, no hay esperanza para él. Pero nuestra capacidad de aprender nos hace superiores.
Sin embargo, un perro puede morir atropellado al cruzar la calle, porque aunque cruce la calle 100 veces, no entenderá que es peligroso. El ser humano comprende el peligro, tiene la capacidad de aprender y, en comparación con los perros, el número de personas atropelladas es mucho menor (y debería ser cero, porque tenemos la capacidad de saber que es peligroso).
2. Diferencia entre ser ignorante y ser burro
Con frecuencia yo digo que somos ignorantes, no burros. El ignorante es aquel que no sabe. Y todos ignoramos algo. Quizás ignoras la biología, la física nuclear o la historia griega. Pero el hecho es que el ignorante aprende, es suficiente para entender, siempre y cuando alguien le explique o le enseñe. El burro no aprenderá, no importa cuánto insistas. Entonces, cuando alguien te llame burro, di: “¡Burro no! ¡Solo soy ignorante! ¡Puedo aprender!”
3. Incluso las empresas necesitan aprender
En mis días como ejecutivo, implementé el PGQP (Programa Gaucho de Calidad y Productividad) en la empresa donde trabajaba. Este programa enseña, entre otras cosas, que las empresas deben aprender. Deben tomar esas experiencias pasadas y registrar el aprendizaje. Las empresas crecen porque aprenden.
4. En tu vida profesional, aprende
Cuando tenía 15 años, tuve mi primer trabajo en una tienda veterinaria. Yo todavía no sabía cómo trabajar y me faltaba actitud. De hecho, pensaba que debería tan solo seguir las órdenes. Entonces, llegaba a mi trabajo y me sentaba a esperar una orden. Recibía la orden, la ejecutaba y volvia a sentarme para esperar otra orden. Al lado de la silla había una bolsa de maní. Aprovechaba para comer un poco de maní. Después de 30 días me despidieron, pero mis jefes no me dijeron el motivo.
Más tarde descubrí que me despidieron por mi falta de actitud (por supuesto). Pero aprendí de ello que debería tener actitud. Pero más que eso, aprendí una cosa muy importante: los jefes a menudo no dicen lo que esperan de ti. Ellos piensan muchas cosas, pero no todas las dicen. Saber de eso, cambió mi futuro profesional.
Por eso, en mi trayectoria como líder, cada vez que necesitaba despedir a alguien, sabía que lo mejor que podía hacer por esa persona era explicarle exactamente por qué estaba siendo despedido. Esa persona podría no estar de acuerdo o pensar que no era justo, sin embargo, le explicaba de la misma manera. Para que ella pudiera tomar este “regalo” y aprender de ello (queriéndolo o no).
Termino este punto con un dicho brasileño: “Para atrás, ni siquiera para tomar impulso”. Miro mi pasado para aprender de ello y ser mejor hoy.
Vive tu hoy
Versículo: “Éste es el día en que el Señor actuó; regocijémonos y alegrémonos en él.” (NVI) Salmos 118: 24
Este día nuestro Señor nos hizo y nos dio. El único día que puedes hacer algo se llama HOY. Porque ayer ha pasado y mañana todavía no ha llegado. Entonces debemos vivir HOY. Pero debemos vivir hoy con sabiduría.
1. Entendiendo Eclesiastes 3
¿Cómo vivir hoy sabiamente? Basta comprender lo que Salomón nos trae en Eclesiastés 3.
” Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: un tiempo para nacer, y un tiempo para morir; un tiempo para plantar, y un tiempo para cosechar; un tiempo para matar, y un tiempo para sanar; un tiempo para destruir, y un tiempo para construir; un tiempo para llorar, y un tiempo para reír; un tiempo para estar de luto, y un tiempo para saltar de gusto; un tiempo para esparcir piedras, y un tiempo para recogerlas; un tiempo para abrazarse, y un tiempo para despedirse; un tiempo para intentar, y un tiempo para desistir; un tiempo para guardar, y un tiempo para desechar; un tiempo para rasgar, y un tiempo para coser; un tiempo para callar, y un tiempo para hablar; un tiempo para amar, y un tiempo para odiar; un tiempo para la guerra, y un tiempo para la paz. ”
Si eres joven, es hora de estudiar, de construir tu futuro. Si estás viejo, es hora de descansar, disfrutar de su jubilación y disfrutar de sus nietos, viajar y visitar amigos. Si estás ingresando al mercado laboral, es hora de crecer profesionalmente, hacer lo mejor en su trabajo y buscar las mejores oportunidades.
Vivir hoy significa hacer hoy lo que se debe hacer hoy. No anticipe pasos, no posponga pasos. Es esencial mirar su momento en la vida e identificar en qué etapa se encuentra y qué debe hacerse en este momento.
2. Hoy es un tiempo de transformación
Si una larva no quiere cambiar, nunca será una mariposa. Una larva que resiste el proceso de transformación o no quiera enfrentarlo ciertamente morirá y nunca se convertirá en una mariposa.
Y aunque pasar por el proceso de transformación sea doloroso, debemos recordar lo que la palabra de Dios nos dice: “Y después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurará y los hará fuertes, firmes y estables.” (1 Pedro 5: 10).
Este proceso de transformación que estas atravesando ahora será una base importante para su futuro.
3. Plante hoy para cosechar mañana

Quien no siembra nunca cosechará. El principio de siembra y cosecha gobierna toda nuestra vida.
Si has leído el libro “Padre rico, padre pobre”, sabrá que el gran mensaje del libro es que, en lugar de trabajar por dinero, el dinero debería trabajar para usted. Si ganas $ 1,00 dólar, deberías pensar en como hacer que ese dólar trabaje para usted. Esto también se llama “siembra”. Si tan solo trabajas por el dinero y no lo usa adecuadamente para construir su futuro, trabajará toda la vida y no tendrá ni un peso.
3. Construyendo el futuro
Versículo: “Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús.” (NVI) Filipenses 3: 13-14
El futuro no puede ser el resultado de la suerte o del azar. Necesita ser construido.

1. ¿ Cual es tu objetivo?
En el texto que tenemos como referencia, vemos que el apóstol Pablo tenía un OBJETIVO. Entonces te pregunto: ¿Cuál es tu meta? Cual es tu objetivo? Si no te salió una respuesta inmediata, es posible que no tengas realmente un objetivo.
Quizás recuerdes la escena del clásico “Alicia en el país de las maravillas”, donde la personaje principal camina por el bosque y de pronto llega a una encrucijada que ofrece diferentes opciones de caminos. Al percibir la duda de la joven Alicia, un gato le ofrece su ayuda. El siguiente diálogo es famoso:
– Solo quería saber qué camino tomar, pregunta Alice.
– Depende de a dónde quieras ir, dice el gato.
– No importa, a ningún lado, dice Alice.
– Entonces, no importa qué camino elijas, determina el gato.
No podemos caminar en la vida como “Alicia en el país de las maravillas”. Establece tu objetivo. Pone una meta y avanza en alguna dirección. Si necesario, en medio del camino podrás cambiar tu ruta, pero empieza a caminar hacía un objetivo claro.
2. ¿Ser feliz o ganar dinero?
Mi hijo mayor cuando tenía 5 o 6 años me dijo que quería ser albañil. Soñaba con construir casas, porque le encantaba jugar con sus herramientas. Pero también quería ser policía o bombero, porque quería poder manejar un auto de policía o subirse en un camión de bomberos. Recuerdo que cuando era niño, yo quería ser basurero. Exactamente, un basurero para poder andar en camión todo el día. Cuando somos niños, proyectamos nuestro futuro para hacer lo que nos gusta. Pero después de crecer, queremos hacer lo que genera dinero y olvidamos las cosas que nos gustan.
Siempre que tengo la oportunidad de hablar con los jóvenes, les digo: lo que realmente “da dinero” es lo que hacemos bien. Y si nos gusta algo, lo hacemos bien.
Incluso esto lo dice la Bíblia. Proverbios 22: 29 dice: “¿Has visto a alguien diligente en su trabajo? Se codeará con reyes, y nunca será un don nadie. “. Si trabajas con lo que amas y sabes cómo hacerlo bien, el éxito solo será una consecuencia.
3. ¿Cuál es tu mayor preocupación?

Cuando pensamos en el futuro, podemos muchas veces tener la preocupación equivocada. Creemos que asegurar el futuro significa comprar una casa o tener un empleo y estabilidad financiera. Pero olvidamos que una casa nos puede ser quitada, de un empleo me pueden despedir o mi dinero puede ser robado o perdido en una mala inversión. Pero hay algo que nunca se te puede quitar: tu conocimiento y tu experiencia.
Por eso es esencial construir una base sólida de conocimiento, trayectoria y experiencia. Siempre digo que carrera y empleo son cosas diferentes. El empleo es temporal, la carrera es duradera. Desarrolle una carrera y no solo tenga un empleo o un trabajo. Entiendes la diferencia?
Construir el futuro es diseñar una carrera sólida. Esto es más importante que un empleo, una casa o una aplicación en el banco.
Conclusión
Versículo: “Yo soy el Alfa y la Omega –dice el Señor Dios–, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.” (NVI) Apocalipse 1: 8

Nuestro creador es el dueño del tiempo. Él fue quien creó el tiempo y por eso tiene control sobre todo. Y nos enseña, a través de su palabra, que pasado, presente y futuro tienen relevancia.
Aprender del pasado, vivir como se debe el día de hoy y construir el futuro es lo que cada uno de nosotros debe tratar de hacer, siempre con la sabiduría que viene de lo alto.