Aprende de tus errores
Se dice que un joven aprendiz le preguntó a su maestro:
– “Maestro, ¿cómo me vuelvo sabio?”
– “Buenas decisiones” – respondió el maestro.
– “¿Pero cómo tomar buenas decisiones?” preguntó el joven.
– “Experiencia” – respondió el maestro con prontitud.
– “¿Y cómo adquirir experiencia?”
– “Malas decisiones” – concluyó, el viejo maestro.
Cuando cometemos errores, podemos elegir qué nos dejará ese error: aprendizaje o desilusión y frustración.
Cuando tropezamos y caemos, podemos tener diferentes reacciones. Podemos enfurecernos, quejarnos, maldecir. Por otro lado, podemos elegir identificar con qué objeto nos topamos, entender por qué estaba allí o la razón por la que no lo vimos. Podemos quitarlo o si no es posible, tenerlo más presente la próxima vez que pasemos por allí. Todo es cuestión de elección.
En mi vida profesional tuve que despedir a varios trabajadores. Despedir a alguien es difícil, pero es parte del trabajo de un líder. Siempre entendí que este momento, de despedir a alguien, era importante y que lo mejor que podía hacer por ese profesional era dejar algo de aprendizaje. Por eso siempre era muy claro en las razones por la cuál lo estaba despidiendo. Sin rodeos, sin medias verdades. Recibí las reacciones más variadas, desde la negación y los insultos, hasta la comprensión y el agradecimiento.
Aprende de tus errores. Seguramente no te gusta y no quieres equivocarte. Pero cuando lo haga, haz que su error valga la pena. Aprenda de él y crezca.
Oración: Señor, quiero aprender de mis errores. No me gusta cometer errores, pero cuando los cometo, quiero sacar algo de valor de ello y convertirme en alguien mejor. ¡Amén!
Versículo base: El que atiende a la corrección va camino a la vida; el que la rechaza se pierde. (NVI) Proverbios 10:17