Alimento sólido para distinguir entre lo bueno y lo malo
La naturaleza es increíble, una clara manifestación de la grandeza y gloria de Dios. En la Antártida, por ejemplo, las condiciones climáticas extremas hacen que la vida sea escasa. Prácticamente solo los animales marinos o aéreos sobreviven allí: pingüinos, focas, ballenas azules, orcas y algunas aves pueden sobrevivir en estas temperaturas extremadas. Sin embargo, hay un animal 100% terrestre que puede sobrevivir en la Antártida, y es un insecto llamado Bélgica Antarctica. Este pequeño insecto puede vivir allí dada su capacidad de congelarse hasta por dos años y no morir. Esto es posible gracias a la energía acumulada en forma de glucosa en su cuerpo. Con esto, Bélgica Antarctica logra mantenerse con vida hasta dos años, sin alimentarse.
Los humanos no tenemos esa capacidad. No podemos sobrevivir dos años sin comida. Mucho menos, podemos vivir sin nuestro alimento espiritual. Necesitamos “alimento sólido para distinguir entre lo bueno y lo malo”. Si no nos alimentamos espiritualmente, perdemos la condición de distinguir entre el bien y el mal.
En la vida espiritual, necesitamos evolucionar en nuestra alimentación, al igual que un bebé, que comienza con la leche y después de un tiempo pasa a la comida sólida. Lo interesante de Hebreos 5 es ver que no es con la leche que podemos discernir entre el bien y el mal, sino con alimentos sólidos. Esto indica que debemos profundizar en el estudio de la palabra, todos los días. No basta con saber que soy salvo en Cristo y que él murió por mí en una cruz, porque esa información es la leche, que se le da a un bebé. Recibo el alimento sólido cuando medito profundamente en la palabra de Dios y recibo revelación del Espíritu Santo. La comida sólida proviene de leer y meditar diariamente en la palabra de Dios.
El desafío para ti es este: definir tiempo, hora y lugar para estudiar la palabra de Dios. No eres un Bélgica Antarctica, que puede pasar dos años sin comida y aún sobrevivir. Consume alimento sólido todos los días.
Oración: Señor, quiero alimentarme de tu palabra todos los días. Quiero comida sólida, para poder discernir entre el bien y el mal. ¡Amén!
Versículo base: En realidad, a estas alturas ya deberían ser maestros, y sin embargo necesitan que alguien vuelva a enseñarles las verdades más elementales de la palabra de Dios. Dicho de otro modo, necesitan leche en vez de alimento sólido. El que sólo se alimenta de leche es inexperto en el mensaje de justicia; es como un niño de pecho. En cambio, el alimento sólido es para los adultos, para los que tienen la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo, pues han ejercitado su facultad de percepción espiritual. (NVI) Hebreos 5:12-14