Adictos a la dopamina

Vivimos la era de la satisfacción permanente. Los jóvenes en particular, pero también algunos adultos, son adictos a la dopamina, sin saberlo. La dopamina es una sustancia producida en nuestro propio organismo, también conocida como una de las hormonas de la felicidad. Ella se produce en nuestro cuerpo, cuando estamos haciendo algo placentero o satisfactorio. Cuando se libera en nuestro organismo provoca una sensación de placer, satisfacción y bienestar.

La dopamina se produce cuando vemos historias en Instagram, películas en Netflix, vídeos en YouTube, jugamos videojuegos o haciendo cualquier otra cosa que nos agrade. Nuestros hijos, que nacieron en un mundo lleno de entretenimiento, muchas veces, no pueden desconectar de estos momentos de satisfacción y les resulta difícil pensar en actividades “aburridas” como las tareas escolares o las obligaciones más simples, como lavar los platos o barrer la casa. Y la vida se vuelve llena de entretenimiento y escasa de obligaciones. ¡Gran peligro!

Necesitamos estar muy atentos al comportamiento de nuestros hijos, enseñándoles que hay momentos de satisfacción, pero también hay de cumplimiento de nuestras obligaciones. Y lo más probable, es que el tiempo para cumplir con nuestras obligaciones, sea mayor que el tiempo para satisfacernos, ya que la vida está llena de compromisos y deberes.

Sin embargo, también debemos ser conscientes de nuestros propios hábitos. Nosotros mismos, cuando en el trabajo, pasamos mucho tiempo en el móvil o en las redes sociales, también podemos estar adictos a la dopamina. Y esto puede afectar nuestro desempeño profesional y la entrega de resultados.

En el texto de hoy, Pablo confrontó a algunas personas en Tesalónica, que no trabajaban, sino que estaban ocupadas haciendo cosas vanas y sin sentido. Me imagino que era el Instagram de esa época. Y Pablo fue tajante en sus palabras: “si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma”.

Sabemos que todo lo que tenemos proviene del Señor, pero Él se complace en recompensarnos, en la misma medida de nuestro esfuerzo, trabajo y dedicación.

Oración: Señor, quiero estar focado en mi trabajo y actividades. Líbrame, Señor, de las atractivas distracciones que ofrece este mundo. Y ayúdame, Señor, a establecer reglas claras para mis hijos, para que comprendan que las obligaciones son parte importante de la vida. Amén.

Versículo base: Incluso mientras estábamos con ustedes les dimos la siguiente orden: «Los que no están dispuestos a trabajar que tampoco coman». Sin embargo, oímos que algunos de ustedes llevan vidas de ocio, se niegan a trabajar y se entrometen en los asuntos de los demás. Les ordenamos a tales personas y les rogamos en el nombre del Señor Jesucristo que se tranquilicen y que trabajen para ganarse la vida.(NTV) 2ª Tesalonicenses 3:10-12