3 verdades bíblicas sobre nuestro hablar
Lon Chaney fue un actor que se hizo famoso en la era del cine mudo. No fue tan famoso como Charles Chaplin, pero tenía su espacio y su papel más importante fue “El fantasma de la ópera“, que protagonizó en 1925. Lon Chaney era hijo de padres sordomudos, lo que le permitió, desde niño, desarrollarse, ya sea en la mímica o en la actuación.
Cuando empezó a surgir el cine sonoro, Lon Chaney tenía todo para destacarse en esta nueva etapa de la pantalla grande, pero empezó a tener graves problemas de salud, como neumonía, cáncer de pulmón y finalmente, una hemorragia en la garganta que le hizo perder la capacidad de hablar, y también lo llevó a la muerte. Curiosamente, Lon Chaney murió en 1930 a la edad de 47 años, sin poder hablar, tal como sus padres.
El habla es nuestra principal herramienta de comunicación. A través del habla expresamos nuestras ideas, sentimientos y planes. Muchos de nosotros necesitamos el habla en nuestro trabajo, para hacer negocios y alcanzar resultados. Perder la capacidad de hablar podría ser trágico para muchos de nosotros.
Y como nuestro hablar es algo tan importante, la Biblia tiene muchas enseñanzas al respecto. Son muchos los versículos que tratan este tema, y destacaré aquí, 3 verdades bíblicas sobre nuestro hablar, que encontramos en el libro sagrado.
Podemos pecar con nuestro hablar
“Me dije a mí mismo: «Mientras esté ante gente malvada vigilaré mi conducta, me abstendré de pecar con la lengua, me pondré una mordaza en la boca”. Salmos 39:1
El versículo de los Salmos nos dice que sería mejor ponernos una mordaza en la boca, o tal vez incluso perder la capacidad de hablar, que pecar con nuestro hablar. Con la boca podemos maldecir a alguien, ofender e incluso herir. Necesitamos tener cuidado para no pecar con nuestra lengua.
Daremos cuenta de cada palabra inútil
Les digo lo siguiente: el día del juicio, tendrán que dar cuenta de toda palabra inútil que hayan dicho. Las palabras que digas te absolverán o te condenarán». Mateo 12:36-37
Puesto que la palabra es un don que nos ha dado Dios, debemos saber que daremos cuenta del uso que hicimos de ella. Esto incluye el pecado mencionado anteriormente, pero también, toda charla vana, vacía y sin propósito, cuando podríamos haber dicho cosas que edifican. Una broma inoportuna, un comentario inútil o cambiar de tema cuando un colega o amigo realmente necesita un buen consejo son sólo algunos ejemplos de palabra inútil. Hay que tener cuidado con esto, porque daremos cuenta a Dios del uso que se le dio a este precioso don dado por Él, que es nuestro hablar.
No debemos hablar demasiado
“Hablar demasiado conduce al pecado. Sé prudente y mantén la boca cerrada”. Proverbios 10:19
Proverbios nos advierte que cuando hay muchas palabras, entre ellas habrá pecado. Los que hablan demasiado dirán cosas buenas, pero también dirán cosas que quizás no hayan sido bien filtradas y pensadas. Por lo tanto, hay mayor probabilidad de pecar cuando se habla mucho, en comparación con cuando se dice poco. Finalmente, quien mantiene su boca cerrada es prudente, como nos enseña este proverbio.
Hay muchas otras lecciones que podemos aprender acerca de nuestro hablar en la palabra de Dios. No todas caben en este breve devocional. Pero puedes tomar tu Biblia, buscarlas y compartir lo que aprendiste aquí en los comentarios. Y Dios te ayudará a controlar tu lengua y a hablar sólo lo que le agrada.
Oración: Señor, que mi hablar te agrade. Que de mi boca sólo salgan palabras, que fueron colocadas por ti. Amén.
Versículo base: La boca del justo habla sabiduría y su lengua habla justicia. (BRV2020) Salmos 37:30