El escudo de la fe contra las flechas del maligno

Una excavación en la República Checa en 2019 encontró tumbas de seis personas, probablemente del siglo V d.C., del Imperio Romano Occidental. Entre los 6 cadáveres se encontraba el de una mujer, que muy posiblemente murió entre los 35 y 50 años de edad y que fue enterrada con tesoros de gran valor: un cuchillo de hierro, broches de oro y plata con piedras semipreciosas, un peine de hueso, cuentas de vidrio. , un jarrón de cerámica, tela de cuero, cáscaras de huevo y un tocado con incrustaciones de oro. En las otras tumbas también encontraron algunas otras piezas de gran valor.

Una particularidad de las riquezas es esta: mientras están enterradas, nadie disfrutará de su valor. Sin embargo, una vez descubiertas, valen más que nunca.

Un tesoro enterrado se puede comparar con un escudo guardado en un armario. Un escudo guardado en un armario no tiene valor ni utilidad. Sin embargo, cuando usado y en especial en una batalla, su valor es muy grande, ya que puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

El texto de Efesios 6:16 dice que todos tenemos un escudo que nos protege de los dardos de fuego de Satanás. ¡Este escudo es nuestra fe! Sin embargo, no pocas veces dejamos nuestra fe a un lado, enterrada o guardada y no usamos este escudo. Con eso, los dardos del enemigo tienen éxito, nos golpean, nos lastiman y muchas veces destruyen vidas.

Esta es la invitación para ti el día de hoy: ¡no salgas de tu casa sin tu escudo de la fe! Con él, los ataques del enemigo no podrán golpearlo.

Oración: Señor, reconozco que muchas veces no he usado el escudo de la fe para defenderme de los ataques del enemigo. Por eso hoy te pido que aumentes mi fe. ¡Amén!

Versículo base: Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno. (NVI) Efésios 6:16