Descubriendo mi propósito

El helicóptero fue uno de los mayores inventos del hombre. Es una aeronave con capacidades muy particulares. A diferencia de un avión, el helicóptero puede despegar y aterrizar verticalmente, además de la capacidad de volar hacia adelante, hacia atrás, hacia los lados e incluso pararse en el aire. Estas características hacen del helicóptero el aliado perfecto para rescates en regiones montañosas, en el agua o en lugares donde hay tráfico congestionado.

Observando un helicóptero, puedo entender que este invento es un éxito, porque es usado precisamente para lo que se creó, para su propósito. Y tú y yo debemos hacer lo mismo: cumplir con el propósito para el que fuimos creados.

Luego, la pregunta importante es esta: “¿Para qué fui creado?” La respuesta a esta pregunta está en el manual de instrucciones del creador: la Biblia. Y en el libro de Eclesiastés, Salomón, después de probar y escudriñar todo lo que era posible en nuestro mundo, buscando encontrar el significado de la vida, llegó a una conclusión, que se describe al final del libro, en el capítulo 12, versículo 13: “El fin de este asunto es que ya se ha escuchado todo. Teme, pues, a Dios y cumple sus mandamientos, porque esto es todo para el hombre “.

Tú y yo fuimos creados para temer a Dios y guardar sus mandamientos. Y si a primera vista esto parece poco interesante, sepa que quienes lo hacen, experimentan mucho más de lo que jamás han soñado en esta vida. Temer a Dios y guardar sus mandamientos, además de cumplir con el propósito para el que fuimos creados, también es garantía de vivir una vida sin precedentes.

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Oración: Señor, quiero cumplir mi propósito aquí en la tierra. ¡Quiero vivir una vida sin precedentes, porque sé que así es la vida de aquellos que te temen! ¡Amén!

Versículo base: El fin de este asunto es que ya se ha escuchado todo. Teme, pues, a Dios y cumple sus mandamientos, porque esto es todo para el hombre. (NVI) Eclesiastes 12:13