Plata refinada es la lengua del justo

La aparición del papel moneda tuvo varios momentos, lugares y motivaciones diferentes. Uno de ellos fue la dificultad que había para operar con las monedas de metal físico. Los comerciantes necesitaban pesar las monedas, verificar el contenido de metal y con eso, el proceso tomaba mucho tiempo. Entonces, la solución fue almacenar las monedas en bancos de depósito en Italia y otros países. Al depositar las monedas en estos bancos, el depositante recebia una especie de certificado de depósito, que contenía el compromiso de entregar dicha cantidad en monedas al portador del certificado. Esta puede haber sido una de las primeras versiones de papel moneda, que hoy representa dinero impreso.

Y si ese certificado de depósito tuvo valor en su tiempo, como tiene valor hoy el dinero impreso, aún más tiene la lengua de los justos, según Proverbios 10:20. “Plata refinada es la lengua del justo”. Es interesante pensar que lo que digo puede valer tanto como plata, si hablo con justicia.

Creo que subestimamos (y mucho) el poder de nuestras palabras. Olvidamos lo constructivas o destructivas que pueden ser las palabras sobre la vida de otras personas. También olvidamos que “lo que ligamos en la tierra, será ligado en el cielo” (Mateo 18:18). Por tanto, nuestras palabras valen más que la plata. ¡Pueden cambiar vidas!

Oración: Señor, quiero usar bien mis palabras. Para que sean palabras de justicia y tengan valor. ¡Amén!

Versículo base: Plata refinada es la lengua del justo; el corazón del malvado no vale nada. (NVI) Proverbios 10:20