Entonces es guerra

Era el 28 de octubre de 1940 y las tropas de la Italia fascista estaban posicionadas en la frontera griega, esperando la orden de invadir el país. Después de haber conquistado Albania, Mussolini había enviado un ultimátum al primer ministro griego, Ioannis Metaxas, exigiendo su rendición. La respuesta de Metaxas fue corta y al grano: “Alors, c’est la guerre”, que se traduce como “Entonces es guerra”. Metaxas le dijo un rotundo “no” a Mussolini.

Me gusta esta historia. Ella me enseña que si nuestro enemigo quiere guerra, habrá guerra. No podemos rendirnos al enemigo, no importa cuán fuerte sea su ataque. ¡Podemos resistir! Santiago 4: 7 dice que si resistimos al diablo, él huirá de nosotros, porque es un cobarde. Pero al comienzo de ese mismo versículo está el secreto para resistir al diablo: “Así que sométanse a Dios”.

El que se somete a Dios tendrá la fuerza para resistir los ataques de Satanás. Quien se someta verdaderamente a Dios podrá afrontar todas y cada una de las adversidades de la vida. Y cuando aparezca el enemigo, puedes levantar la cabeza en alto y decir: “¡Entonces es guerra”!

Oración: Señor, declaro guerra a Satanás y sus demonios. Declaro que Satanás no tendrá victoria sobre mi vida, porque estoy sometido a ti. ¡Amén!

Versículo base: Pero él nos da mayor ayuda con su gracia. Por eso dice la Escritura: “Dios resiste a los orgullosos, pero da gracia a los humildes.” Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Pecadores, límpiense las manos! ¡Ustedes los inconstantes, purifiquen su corazón! Reconozcan sus miserias, lloren y laméntense. Que su risa se convierta en llanto, y su alegría en tristeza. Humíllense delante del Señor, y él los exaltará. (NVI) Santiago 4:6-10