Fórmula matemática de la felicidad
¿Por qué algunas personas pueden ser felices con tan poco? ¿Y por qué otros, que se supone que lo tienen todo, no encuentran la felicidad? Ciertamente te has hecho esa pregunta en algún momento. Y sé que tener la salvación en Cristo es algo que en sí mismo ya diferencia a los que encuentran la verdadera paz de los que no. Pero lo que Cristo hace en nosotros, se puede traducir a la fórmula matemática de la felicidad.
Aprendí hace algún tiempo que la fórmula matemática de la felicidad es Realidad – Expectativa = Felicidad. Entonces, si su “realidad es 7“, por ejemplo, pero la “expectativa era 10“, su “Felicidad es 3 negativo“, es decir, infelicidad. Por otro lado, si su “realidad es otra vez 7“, pero la “expectativa era 4“, su “felicidad se vuelve 3 positiva“.
Pero, por favor, preste atención al mensaje que quiere traer esta reflexión. No digo que para ser felices no debemos tener expectativas. Pero debo tener cuidado con ellas. Al mismo tiempo, la fórmula me ayuda a saber dónde tengo que trabajar y cómo: controlar las expectativas y enfocarme en construir mi realidad. En otras palabras, soñar menos y hacer más.
Al comienzo de la reflexión dije que lo que Cristo hace en nosotros puede traducirse en esta fórmula. Y se refleja en la carta de Pablo a los Filipenses: “He aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez.” Filipenses 4: 11-12. Paulo aprendió a controlar sus expectativas y no esperaba que todos los días y todo el tiempo tuviera abundancia. El aprendió a controlar sus expectativas.
Estoy seguro de que muchos están descontentos por que pasan demasiado tiempo alimentando expectativas y poco tiempo produciendo algo concreto que realmente cambie su realidad. Esperamos que los amigos compren en nuestro negocio y eso no sucede. Esperamos que la familia apoye nuestros sueños y puede que este no sea el caso. Esperamos una palabra de apoyo y ella no llega.
Sueña menos y haz más. Controla las expectativas y construye la realidad.
Oración: Señor, quiero aprender a controlar mis expectativas y tener mi mente y mis actitudes enfocadas en construir mi realidad. ¡Amén!
Versículo base: No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (NVI) Filipenses 4:11-13