Mi casa, puerto seguro
Mi hogar debe ser un refugio seguro, un lugar de esperanza y descanso.
Uno de los grandes desafíos de la vida es formar un hogar donde todos los que allí viven puedan sentirse seguros, amados y protegidos. Mi hogar debe ser un lugar de descanso y esperanza, un refugio seguro frente a un mundo de tribulación. Y esto solo es posible si Dios está allí, viviendo con nosotros.
Es muy fácil saber si Dios vive o no en mi casa. Una casa donde Dios habita tiene los frutos del espíritu santo: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio. Una casa sin la presencia de Dios se vuelve un lugar de disputas, argumentos, orgullo, mentiras e indiferencia.
¿Puedes tener un almuerzo familiar sin discusión? ¿Es posible hablar sobre cualquier tema sin discusiones o juicios? ¿Pienso cosas buenas acerca de mi cónyuge, hijos o quién más reside allí? Al final de mi día, ¿es una alegría volver a casa?
¡Intento nunca olvidar que mi hogar debe ser un puerto seguro, pero no solo para mí sino para todos los que viven allí!
Oración: Señor, te invito a morar en mi casa, para que sea un refugio seguro, un lugar de descanso y esperanza. Quiero tu paz y serenidad para poder construir una casa según tu corazón.
Versículo base: En la casa del justo hay gran abundancia; en las ganancias del malvado, grandes problemas. (NVI) Provérbios 15:6
Claro q si Bernardo nuestra casa febe ser siempre un refugio d paz ,amor filial y mucha felicidad.Abrazo Bernardo.Gracias a Dios x tu recuperaciom.