Elige las actividades correctas

Michael Porter es el padre de la planificación estratégica. Definió la estrategia de la siguiente manera: “La estrategia es crear una posición única y valiosa, que involucra un diferente conjunto de actividades”. En otras palabras, la estrategia consiste en elegir la posición en el mercado que su empresa o producto quiere ocupar y cuáles son las actividades que lo llevarán allí.

Creo que no es diferente en nuestra relación con Dios. Si quiero alcanzar una determinada posición en mi relación con Dios, tengo que elegir qué actividades me llevarán hasta allí. Y ciertamente en estas actividades encontraremos oración, leer la palabra de Dios, ir a la iglesia, diezmar, escuchar y aprender de aquellos que enseñan y siguen los mandamientos del Señor. Elegir las actividades correctas me llevará a otro nivel. Sin embargo, si elijo las actividades incorrectas, ciertamente fracasaré.

Es común tratar de “negociar” con Dios. Pensamos cosas como “Yo no oro, pero trabajo mucho, luego Dios me bendecirá”. Otro pensamiento frecuente es “Yo no doy el diezmo, pero ayudo a los pobres”. O tal vez el más clásico de los pensamientos: “Soy buena persona, no mato, no robo, así que iré al cielo”. Trabajar, ayudar a los pobres y ser una buena persona, solo serán consecuencias naturales de otras actividades, que son más importantes en el reino de Dios.

¿Quieres hacer crecer tu relación con Dios? Elija las actividades correctas y ejecútalas diariamente.

Oración: Señor, te pido sabiduría para elegir las actividades correctas que me acerquen a ti. Amén!

Versículo base: No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica. El que escucha la palabra pero no la pone en práctica es como el que se mira el rostro en un espejo y, después de mirarse, se va y se olvida en seguida de cómo es. Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad, y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla. (NVI) Santiago 1: 22-25