Esta no fue una historia de amor
Adolf Hitler y Eva Braun se casaron alrededor de la medianoche del 29 de abril de 1945, en una ceremonia íntima dentro del Fuhrerbunker. Pero esta obviamente no es una historia de amor. Al día siguiente, Hitler y Eva Braun se suicidaron. Mientras Hitler se disparó en la cabeza, Eva Braun ingirió cianuro. Ya consciente de la guerra perdida y al enterarse de la muerte de Mussolini, el Fuhrer y su amada optaron por el suicidio para evitar su captura y eventual tortura.
Eva Braun conoció a Hitler cuando ella tenía tan solo 17 años y él 40. Los historiadores cuentan que Eva Braun se enamoró de inmediato y ambos comenzaron una relación. Sin embargo, Hitler ya estaba en una relación con su sobrina (si, sobrina) llamada Geli Raubal. Después del suicidio de Geli Raubal, la relación entre Hilter y Eva Braun se fortaleció.
Geli Raubal, sin embargo, no fue la única mujer cercana a Hitler que se suicidó. Hay registros de al menos ocho mujeres que tuvieron relación con el Fuhrer que intentaron o lograron quitarse la vida. La propia Eva Braun ya había intentado suicidarse en dos ocasiones antes de ese 30 de abril.
Sí, esta nunca fue una historia de amor. Porque el amor trae esperanza y no muerte. “Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor”, 1 Corintios 13: 13. El amor siempre debe estar acompañado de fe y esperanza. Y el amor nos lleva a compartirlo con los demás. “No tengan deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a otros. De hecho, quien ama al prójimo ha cumplido la ley”, Romanos 13: 8. Hitler y Eva Braun nunca conocieron el verdadero amor. No, esta nunca fue una historia de amor.
Oración: Señor, quiero aprender a vivir el verdadero amor en mi vida, que se acompaña de fe y esperanza, y se comparte con los demás. Amén!
Versículo base: “No tengan deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a otros. De hecho, quien ama al prójimo ha cumplido la ley.” (NVI) Romanos 13: 8