La invención de la televisión

La televisión se desarrolló y se hizo popular entre 1925 y 1929. Sin duda, es uno de las invenciones más importantes del planeta y ha hecho grandes contribuciones a la humanidad, especialmente con respecto a la velocidad de la comunicación. Mismo antes de la aparición de Internet, la televisión ya traía información y noticias de todo el mundo a nuestros hogares.

Al leer la historia de la televisión, es interesante observar que algunos “expertos” de aquel entonces, afirmaban que la televisión no tendría éxito y que con el tiempo desaparecería. “Nadie se quedará en la casa, sentado, mirando una caja que transmite imágenes”, fue la predicción de estos especialistas. ¡No podrían estar más equivocados!

Utilizo este ejemplo para mostrar que hay que tener cuidado con lo que dicen algunos “expertos”. A veces, tomamos decisiones o abandonamos ideas y proyectos debido a declaraciones o opiniones de expertos. O peor, escuchamos más a los “expertos” que aquel a quien siempre debemos consultar antes de tener una idea o proyecto: nuestro Dios. “Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie” Santiago 1:5. Nuestro Dios es el dador de la sabiduría. Y siempre está dispuesto a escucharnos: “Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye” 1 Juan 5:14.

Antes de consultar a los hombres, consulte a Dios. Y si es necesario consultar a los hombres, Dios le dirá a qué hombres debe consultar.

Oración: Señor, siempre quiero consultarte primero, antes que a los hombres. Porque sé que tienes todas las respuestas que necesito. Amén!

Versículo base: “Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas. No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal.” (NVI) Provérbios 3: 5-7