¿El hombre más desafortunado del mundo?

Estaba leyendo sobre un joven llamado Dylan McWilliams. El texto decía que era el hombre más desafortunado del mundo. ¿Por qué? Debido a las probabilidades estadísticas:
– A los 20 años fue atacado por un tiburón: la probabilidad es de una entre 11,5 millones.
– A los 21 años fue atacado por un oso: la probabilidad es de una entre 2,1 millones.
– A los 22 años fue mordido por una serpiente: la probabilidad es de una entre 38 mil.
– Sumando los tres acontecimientos: la probabilidad de que alguien sea atacado por un tiburón, un oso y una serpiente es de una entre 894 billones.

Me pregunto si debería ser considerado el más desafortunado o el más afortunado entre los seres humanos. Finalmente, sobrevivir al ataque de un tiburón, un oso o una serpiente también es extraordinario. Y quizás sea el único en el mundo que ha sobrevivido a este triple ataque.

Afortunadamente, tú y yo no necesitamos depender de la suerte para librarnos de los ataques del enemigo. Tenemos a un Dios que nos cuida y nos guarda, y que no permite que nos pase nada, que no sea parte de su propósito.

El salmista, en el capítulo 139, verso 5 dice: “Vas delante y detrás de mí. Pones tu mano de bendición sobre mi cabeza”. Según el salmista, el Señor nos protege de ataques por detrás, por delante, e incluso pone su mano sobre nosotros, para cuidarnos. Y así es como deberíamos sentirnos cuando dejamos nuestros hogares para afrontar los desafíos de la vida. No debo temer a los tiburones, a los osos ni a las serpientes. Y tampoco las trampas del enemigo.

Oración: Señor, puedo caminar tranquilo, porque sé que tú me cuidas y me guardas. Confío en ti y en tu cuidado. Amén.

Versículo base: Vas delante y detrás de mí. Pones tu mano de bendición sobre mi cabeza. (NTV) Salmos 139:5