Cada día en que no me rindo, yo estoy perseverando
Quizás no lo sepas, pero hoy es el aniversário de una herramienta que casi todos usamos a diario. Hora de Orar, al menos, la usa mucho: el WhatsApp. Esta aplicación de mensajería fue lanzada al mercado el 24 de febrero de 2009 por Jan Koum, un joven ucraniano que se fue vivir a los Estados Unidos con su madre en 1992. Antes de crear la aplicación, trabajó como limpiador y recebía auxílio del gobierno. Consiguió un trabajo en Yahoo, al que luego renunció para fundar Whatsapp. La idea era apenas crear una aplicación que informara el “estado” de cada persona para que los demás supieran lo que estaba haciendo: “Estoy en el gimnasio”, “en una reunión”, “descansando”, etc. La aplicación, sin embargo, fue un completo fracaso. Después de 30 días, Jan Koum pensó en darse por vencido y buscar trabajo nuevamente. Pero su socio, llamado Brian Acton, lo animó a persistir. Algunos cambios en el iPhone unos meses después hicieron muy popular a WhatsApp. Como sabemos, Whatsapp explotó y en febrero de 2014, 6 años después de su fundación, se vendió a Facebook por 19 billones de dólares.
Algo que he aprendido en mi caminar con Dios es el valor de la persistencia y la perseverancia. Renunciar, abandonar, irse, son siempre alternativas que vienen a la mente, ya sea en el ámbito profesional o familiar. Pero cada día que no me rindo, yo estoy perseverando. Si todavía estás con tu esposa o esposo, a pesar de todas las dificultades, has perseverado. Si todavía estás luchando para salvar esta empresa, eso se llama perseverancia. Cada vez que te levantas temprano, incluso con sueño, estás siendo constante, persistente, intencional. Y celebro por eso.
En el versículo escogido para hoy, Pablo nos cuenta cómo encontraba fuerzas para perseverar cada día, incluso cansado y agotado: “al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven. Porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.“
Hoy, el desafío es perseverar. Cada día que no te rindes es un día más que perseveraste.
Oración: Señor, mi deseo es perseverar. No quiero renunciar a mi familia y los proyectos que me diste. Aunque esté cansado o deprimido, quiero perseverar cada día. Amén.
Versículo base: Por tanto no desfallecemos, antes bien, aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre interior se renueva de día en día. Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación, al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven. Porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. 2 Corintios 4:16-18