Cementerio sin lápidas

Ocurrió el 6 de agosto de 1945. El ataque con bomba atómica en Hiroshima se cobró la vida de más de 100.000 japoneses (las cifras oficiales difieren entre 90.000 y 166.000 muertos). Y tan solo 3 días después, el 9 de agosto del mismo año, se produjo el ataque a Nagasaki, con una cifra de víctimas entre 40.000 y 80.000 muertos. Esta fue la primera y única vez en la historia que se usaron armas nucleares en la guerra y contra objetivos civiles. Un informe oficial japonés definiría a Nagasaki como “un cementerio sin una sola lápida en pie“.

Cementerio sin lápidas es como queda un campo asolado por el enemigo. Un cementerio sin lápidas es el plan del enemigo para tu vida, tu familia, tus sueños. Por eso, diariamente ataca, pone trampas, busca una abertura para entrar y destruir tu vida. Y no descansará hasta destruir todo lo que pueda.

¿Cómo protegerse de estos ataques? La respuesta está en Efesios, capítulo 6, versículo 11: “Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo.”

Nos defendemos de los ataques del enemigo si estamos protegidos con la armadura de Dios. Necesitamos el cinturón de la verdad y la coraza de la justicia (versículo 14). Calzar los pies la disposición de proclamar el evangelio de la paz (versículo 15). Además, llevar el escudo de la fe (versículo 16), el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios (versículo 17).

¿Estás vestido con la armadura de Dios?

Oración: Señor, quiero vestirme con tu armadura, porque sé que el enemigo me quiere destruir y con él podré vencerlo. ¡Amén!

Versículo base: Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo. Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. (NVI) Efesios 6:11-12