¿Qué es lo que realmente quieres?

Que quieres realmente?

He aprendido a lo largo de los años, que lo que realmente quiero, lo obtengo. ¿Por qué? Porque cuando de verdad quiero algo, nada me impide conseguirlo.

Algunas personas, por ejemplo, afirman querer tener un cuerpo sano, hacer ejercicio y cuidar su salud. Sin embargo, no pueden levantarse de la cama para hacer ejercicio y ni siquiera pueden mantener una dieta saludable. Esto sucede porque lo que realmente quieren es dormir más y comer de todo. Eso es lo que realmente quieren, más que un cuerpo sano.

Ocurre muy a menudo, especialmente en personas mayores de 50 o 60 años. Acuden al médico y reciben un alerta: “o haces ejercicio y cuidas tu salud, o te mueres pronto“. Casi “milagrosamente”, esta persona comienza a mantener hábitos saludables, después de tantos años. Sucede, porque su deseo de vivir es verdadero, es lo que realmente quiere.

En el texto de hoy el salmista dice: “Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón.”. Pero aquí sucede algo muy importante: nuestros deseos cambian. Cuando me deleito en el Señor, paso a desear las cosas del Espíritu más que las cosas de la carne. Deleitarse en el Señor es tener comunión con Él y con Su palabra. Y esa comunión es lo que cambia lo que realmente quiero.

Lo que realmente quieres (en este momento), ¿está más relacionado con la carne o con el espíritu?

Oración: Señor, quiero las cosas de tu reino más que las cosas de la tierra. Quiero ser lleno de tu Espíritu Santo. ¡Amén!

Versículo base: “Confía en el Señor y haz el bien; establécete en la tierra y manténte fiel. Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón. Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará. Hará que tu *justicia resplandezca como el alba; tu justa causa, como el sol de mediodía.” (NVI) Salmos 37:3-6

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