No somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse
Michael Jordan dijo una vez: “En mi carrera he fallado más de 9000 tiros. He perdido casi 300 juegos. En 26 oportunidades me han confiado hacer el tiro ganador y lo he fallado. He fracasado una y otra vez en mi vida y por eso es que tengo éxito.”
Michael Jordan es considerado por muchos como el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos. El “Pele” del baloncesto. Sin embargo, eso no significa que nunca haya fallado. Mirando estos “números” dados por el propio jugador, podemos sorprendernos: ¿en sério se equivocó tanto?
Es probable que la gran diferencia en el relato de Jordan sea el hecho de que nunca renunció. Después de cada error, volvía a levantarse, con más entrenamiento, más esfuerzo y más dedicación. Cometer errores podrá ser un evento involuntario en nuestra vida, pero rendirse siempre será una elección.
Por último, traigo el desafío dejado en Hebreos: “Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada”. Aún después de tropezar, sigue creyendo. Levántate y sigue adelante. Y serás recompensado con creces. Porque “no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse”.
Oración: Señor, quiero persistir, no quiero rendirme. Dame fuerzas para volver a levantarme cuando caiga. ¡Amén!
Versículo base: Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, “el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado.” Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. (NVI) Hebreus 10:35-39