Sigue evolucionando
Leí la historia de un aprendiz de ajedrez que jugaba con su maestro y, obviamente, siempre era derrotado. Sin embargo, cuanto más jugaba, más aprendía. Jugó 36 veces contra su maestro, perdiendo todos los partidos. Sin embargo, en el partido 37 ganó y en el 38 también. Entonces, este aprendiz pensó: necesito vencerlo más de 36 veces, así lo habré superado.
Con el tiempo, este aprendiz se dio cuenta de algo importante: desde que comenzó a ganar los juegos, solo su ego creció. Y no su juego. Ya no evolucionaba ni aprendia tanto como antes, ya que su único objetivo era superar a su maestro en número de victorias. Tan solo su ego estaba creciendo, pero su crecimiento en el juego estaba estancado.
Creo que eso pasa con muchos profesionales. Empezamos a trabajar muy motivados por aprender de los más experimentados. Sin embargo, después de un tiempo, comenzamos a considerarnos mejores que ellos. Y ya no podemos aprender. Simplemente alimentamos nuestro ego. Y en ese momento comienza nuestro declive.
La reflexión de hoy es para decir que, por mucho que sepas, siempre habrá más que aprender. No importa cuánto hayas crecido profesionalmente, aún puedes crecer más. Pero para crecer es necesario ser humilde y tener un corazón dispuesto a aprender.
Sal de tu casa hoy con este pensamiento: ¿qué necesitó aprender hoy? ¿Quién puede enseñarme esto?
Oración: Señor, quiero tener un corazón enseñable. Un corazón que siempre está dispuesto a aprender. Y no quiero convertirme en alguien que solo alimenta mi ego. ¡Amén!
Versículo base: Atiende al consejo y acepta la corrección, y llegarás a ser sabio. El corazón humano genera muchos proyectos, pero al final prevalecen los designios del Señor. (NVI) Provérbios 19:20-21