Graff Zeppelin

Un dirigible. Eclesiastes 4:4

El Graf Zeppelin (LZ 127) fue un dirigible, que hizo mucho suceso en Brasil entre 1928 y 1937. Era conocido como “Hotel volador“, ya que tenía baños, comedor y sala de estar, cocina y salas de radio y navegación, además de 10 cabañas, con camas dobles en cada una. El Grafz Zeppelin, bajo el mando de Hugo Eckener, realizó una gira por el mundo, que comenzó el 8 de agosto de 1929 y finalizó 21 días después. Una de las cosas que más impresionaba en en dirigible, era su tamaño: tenía 213 metros de largo. A modo de comparación, un Boeing 747-8 tiene 76 metros de largo. El Graf Zeppelin salió de circulación en 1937, después de un grabe accidente sufrido por un modelo similar en Alemania.

Si bien todavía hay proyectos en todo el mundo para mantener viva la pasión por los dirigibles, no son tan populares por una razón muy simple: la velocidad. El Graf Zeppelin, en 1928, hizo la ruta Nueva York – Frankfurt en 112 horas. Hoy, un avión hace el viaje en poco más de 7 horas. Aun estando en el 2020, el dirigible más rápido puede volar hasta 150 km/h, muy poco para competir con los aviones que actualmente vuelan a 900 km/h.

Nuestro mundo actual exige velocidad. No hay tiempo que perder. Siempre estamos agitados, corriendo de lado a lado. Queremos aviones rápidos, carros rápidos. Incluso queremos “comida rápida“, los famosos “fast food“. Y con tanta prisa, la vida pasa. De tanto correr, no vemos que pasaron los años, los niños crecieron, la edad ha llegado y la muerte también.

Qué bueno sería si, de vez en cuando, fuera posible cambiar el avión por el dirigible. Cambiar un viaje de 7 horas por un viaje de 112 horas a bordo de un “hotel volador” y simplemente descansar, disfrutar el viaje, el paisaje, la belleza de la vida y la creación de Dios. Y aunque solo sea por un momento, alcanzar todo el entendimiento de Salomón cuando escribió este versículo: “Vi además que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento!”.

Oración: Señor, no quiero pasar mi vida corriendo tras el viento. Ayúdame, Señor, a tener la medida correcta para el trabajo y el descanso. ¡Amén!

Versículo base: Vi además que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento! (NVI) Eclesiastes 4:4

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