¿Eres alienado?
Quizás has oído hablar sobre ser “alienado”. O de pronto es la primera vez que oyes algo sobre el tema. Sin embargo, ciertamente existen personas en su círculo de amigos que son o están “alienadas”. Pero que significa eso?
Una persona alienada es aquella que ha perdido su identidad. Eso sucede cuándo el individuo suprime su personalidad y se vuelve maleable a lo que el mundo externo le indica y propone. En especial temas como la política y la religión hacen que una persona se vuelva “alienada”, porque ella deja de pensar por conta própria y se vuelve “maleable” a todo lo que el activador de su alienación propone.
Así entendido, puedo decir que todo el que no es libre para hacer lo que le gustaría hacer, está alienado. No tener derecho a decidir, elegir o pensar, es una forma de alienación. En este punto, ya puedes pensar en cosas que te mantienen “alienado” y no te permiten hacer lo que te gustaría hacer, que te obligan a renunciar a ese derecho al pensamiento o al libre albedrío.
Entonces, si quiero puedo pecar, cierto? De ninguna manera. Porque podemos decir que el pecado es una forma de alienación. Cuando ya no logro decidir no pecar, cuando ya no puedo resistir la tentación, estoy alienado. Porque soy manipulado por mis tentaciones. Estoy alienado con todo lo que el diablo planeó para mí y le transfiero a el, derecho sobre mi voluntad.
Concluyo pensando que todos, en cierto modo, estamos alienados de algo. Porque transferimos nuestros derechos a otros. El desafío, por tanto, es identificar, a lo que estamos alienados y día a día, eliminando estas alienaciones de nuestra vida.
Oración: Señor, no quiero ser maleable por otros. Señor, ayúdame a identificar de qué estoy alienado y muéstrame formas de deshacerme de esa alienación. ¡Amén!
Versículo base: Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud. (NVI) Gálatas 5:1