El que no es íntegro en lo poco, tampoco lo será en lo mucho
Imagine que está trabajando en una gran empresa y recibe una oferta para hacer algo en contra de esa empresa. ¿Cuál sería su “precio”?
Sucedió en agosto de 2020. Un empleado de Tesla, cuyo nombre no ha sido revelado, fue contado por un ruso llamado Egor Igorevich Kriuchkov, quien ofreció la modesta cantidad de US $ 1 millón de dólares para que el empleado permitiera la instalación de un malware (virus) en los servidores de Tesla, para que este pudiera robar los datos de la empresa y luego obtener ganancias por medio de chantaje. Kriuchkov, sin embargo, no contaba con que la integridad del empleado de Tesla valía más de un millón de dólares. El empleado no solo rechazó la oferta, sino que lo denunció al FBI y el ruso terminó en la cárcel.
La integridad es algo tan raro hoy en día, que cuando alguien es íntegro, se convierte en noticia. Finalmente, en todas partes lo que encontramos son personas dispuestas a obtener ganancias mediante el engaño.
El texto de hoy, en Lucas 6, versículos 10 y 11, nos recuerda que “el que no es íntegro en lo poco, tampoco lo será en lo mucho”. Si yo no devuelvo el cambio equivocado que recibí en el supermercado, tampoco seré capaz de rechazar la oferta de $ 1 millón de dólares. Es en lo poco que formamos nuestra integridad. Y es en lo poco que formamos nuestra capacidad de rechazar la “gran oferta”. Y así, estaremos preparados para recibir “las verdaderas riquezas” de Lucas 16.
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Oración: Señor, quiero ser íntegro en lo poco, para estar preparado y resistir la gran oferta. Quiero ser fiel en lo poco, para luego administrar lo mucho. ¡Amén!
Versículo base: El que es honrado en lo poco, también lo será en lo mucho; y el que no es íntegro en lo poco, tampoco lo será en lo mucho. Por eso, si ustedes no han sido honrados en el uso de las riquezas mundanas, ¿quién les confiará las verdaderas? (NVI) Lucas16:10-11