Una herencia indestructible

Diseño de un testamento de herencia con la firma de Jesus.

Benjamin Flores fue un boxeador mexicano que murió después de una pelea, contra el estadounidense Al Seeger, en mayo de 2009. Después del octavo asalto, el árbitro terminó la pelea, dándole a Al Seeger la victoria por nocaut técnico. Flores, sin embargo, pidió acostarse en el suelo en lugar de sentarse en el taburete. Se acostó y se desmayó, muriendo 5 días después.

Cada boxeador, antes de una pelea, firma un documento de seguro. En este documento, el boxeador acepta los riesgos que la pelea le trae a su vida y la cantidad de dinero que se pagará en caso de fallecimiento. Es el valor de la vida, establecido en moneda corriente, literalmente.

En este mundo, podemos comprar un seguro de vida y brindar seguridad a los miembros de nuestra familia después de nuestra partida. Sin embargo, mayor es el premio que tenemos en Dios, en la eternidad. El versículo de hoy nos dice que “mediante la resurrección de Jesucristo” tenemos “una herencia indestructible”. Y no hay dinero en el mundo que pueda pagar una vida perdida. Pero el valor de la eternidad es incalculable.

Oración: Señor, te estoy agradecido por la herencia que tengo en tu reino. ¡Amén!

Versículo base: ¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva y recibamos una herencia indestructible, incontaminada e inmarchitable. Tal herencia está reservada en el cielo para ustedes, a quienes el poder de Dios protege mediante la fe hasta que llegue la salvación que se ha de revelar en los últimos tiempos. (NVI) 1 Pedro 1:3-5

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