Nochebuena

En mi infancia, el 24 de diciembre siempre fue el día más esperado del año. La nochebuena era especial. Los regalos, la comida, el árbol decorado y las luces … de verdad, era el día más esperado del año. Esperaba el 24 incluso más que a mi cumpleaños. Y este buen recuerdo que tengo de la Navidad, todavía la convierte en mi época favorita del año. Me encanta la Navidad, la casa decorada, el árbol, los regalos debajo, la buena comida y el encuentro con la familia.

Hay un dicho que dice “lo mejor de una fiesta es esperarla”. Quizás por eso la Navidad es tan especial. A partir de noviembre, comenzamos a esperarla. Muchas casas y comercios han comenzado a decorarse desde el 1 de noviembre. Los que comienzan más tarde no esperan más que la primera semana de diciembre. Entonces, son varios los días que vivimos con la decoración y los preparativos para la Navidad. Es un momento de hermosa espera.

Asimismo, la humanidad esperó la llegada del Salvador. Y Él llegó, pero fue diferente de lo esperado. Nació en un lugar humilde y no en un castillo. Era hijo de un carpintero, no de un rey. Vino predicando el amor y el perdón y no la espada y el poder. No era la forma en que la humanidad esperaba un “salvador”. Fue tan diferente, que fue asesinado. Y algunos, incluso hoy, todavía esperan al salvador de la forma en que pensaron que sería.

Que tú y yo, en esta Nochebuena, recordemos que ha llegado nuestro salvador. No fue como esperábamos, es cierto. Pero ha venido y ha dejado lo más importante: la salvación.

Oración: Señor, estoy agradecido por la salvación que tengo en Cristo Jesús. Gracias por enviar a su hijo a este mundo. ¡Amén!

Versículo base: El que era la luz ya estaba en el mundo, y el mundo fue creado por medio de él, pero el mundo no lo reconoció. Vino a lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron. Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios. (NVI) Juan 1:10-12