Cuando el arroyo secar
El profeta Elias se paró ante el rey Acab con las siguientes palabras: “Tan cierto como que vive el Señor, Dios de Israel, a quien yo sirvo, te juro que no habrá rocío ni lluvia en los próximos años, hasta que yo lo ordene”, 1 Reyes 17 : 1. Después de eso, el Señor se le apareció a Elias y le dio las siguientes instrucciones: “Sal de aquí hacia el oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, al este del Jordán. Beberás agua del arroyo, y yo les ordenaré a los cuervos que te den de comer allí”. Y eso fue lo que pasó. Por las mañanas y las tardes, los cuervos traían pan y carne a Elías. Y bebió del arroyo. Sin embargo, después de un tiempo, debido a la falta de lluvia, el arroyo se secó.
Es interesante ver que a veces esto sucede. Dios nos regala un arroyo. Pero de pronto, el arroyo se seca. Y luego se hace difícil entender el propósito de Dios.
Sin embargo, siguiendo la historia, Dios le ordena a Elias que vaya a la casa de una viuda pobre, que estaba a punto de morir de hambre, junto con su hijo. Y hay un nuevo milagro. El Señor promete que “no se agotará la harina de la tinaja ni se acabará el aceite del jarro, hasta el día en que el Señor haga llover sobre la tierra (…) y tal como la palabra del Señor lo había anunciado por medio de Elías, no se agotó la harina de la tinaja ni se acabó el aceite del jarro”.
Nuestro Dios es creativo. Puede usar cuervos, arroyos, tinajas o jarros. Puede usar lo que menos pensamos o esperamos. Y si el arroyo se seca, es hora de seguir adelante. Es hora de seguir adelante para encontrar algo nuevo de Dios en tu vida.
Oración: Señor, quiero creer y experimentar tu provisión. Enséñame a confiar en tus caminos. ¡Amén!
Versículo base: Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes. (NVI) 2 Coríntios 9: 8