La muerte de Cristo
La crucifixión y muerte de Cristo fue sin duda el más grande evento en la historia humana. El sacrificio de Jesús en la cruz pagó la deuda de toda la humanidad y a través de ello tenemos acceso a la salvación. Este evento, hace aproximadamente 2.000 años, nos llevó de la muerte a la vida y dio a la humanidad el mayor regalo de todos: la vida eterna.
Y aunque, excluyendo la Biblia, los registros históricos de la muerte de Cristo no son abundantes, la mayoría de los historiadores están de acuerdo en que la muerte de Jesús sucedió. Y también concuerdan que fue en la semana de Pascua. Y hablando específicamente de registros comprobados diferentes a la Bíblia, algunas inscripciones encontradas en Cesarea Marítima confirman que Poncio Pilato sí existió y que él era el gobernador rumano, en la época de Tiberio. También un historiador romano, llamado Tácito, escribió sobre “la muerte en la cruz de una persona que era llamada Mesías durante el reinado de Tiberio, a mando del gobernador Poncio Pilato”.
Sin embargo, no necesitamos más registros que la Biblia. Y me gusta mucho el texto en Efesios 2: 8 que dice: “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios”. Realmente me gusta este versículo, porque aprendo dos cosas muy importantes:
- La salvación es gratuita: por gracia soy salvo, es decir, no hay ningún mérito de mi parte en recibir este regalo. Al final del versículo, él refuerza esto una vez más diciendo que “esto no procede de ustedes, sino que es regalo de Dios”. Solo por Dios y su gracia soy salvo.
- Soy salvo por la fe: la fe es un requisito indispensable. Necesito creer por fe y no por registros históricos o por que un historiador me lo ha confirmado. La fe es el medio por el cual tengo acceso a esta gracia, mencionada en el punto 1.
Hoy recordamos la muerte de Cristo, el sacrificio que nos trajo la salvación y la vida eterna. Pero, nuestra parte en este contexto es la fe. La fe de que Cristo murió por nosotros, que Él fue real, que realmente sucedió tal como está escrito en la Bíblia. Si en algún momento dudas, no lo dudes más. En el hermoso plan de salvación diseñado por Dios, creer fue la parte que nos tocó. Y créame, fue la parte más fácil.
Oración: Señor, decido creer en tu venida, muerte y resurrección. Y creo que a través de ese sacrificio, tengo salvación. Amén!
Versículo base: “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte.” (NVI) Efesios 2: 8-9