Soledad y ocio

Justo después de de haber creado al hombre, una de las primeras cosas que Dios dijo fue: “No es bueno que el hombre esté solo”, Génesis 2: 18. Y como siempre, si la Biblia lo dice, es verdad. Cuando estamos solos, somos más propensos al pecado.

¿Y por qué digo eso? Por qué la soledad trae ocio, y el ocio abre puertas. David cayó en tentación con Betsabé porque estaba solo y ocioso en la terraza del palacio en un momento que debería estar en la guerra (2 Samuel 11: 1). La ciudad de Sodoma fue tomada por el pecado debido a su ociosidad (Ezequiel 16:49). Finalmente, la soledad y el ocio nos dejan vulnerables al pecado.

En momentos en que vas a estar demasiado tiempo solo, inactivo o con bajo volumen de actividades, es importante ocupar la mente con la palabra de Dios y con la oración. Debes tener mucho cuidado con las películas, la música, las series o las redes sociales. Estar desocupado puede llevarte a abrir puertas al enemigo, que no abrirías si estuvieras en plena actividad.

Finalmente, debemos siempre seguir la recomendación de la palabra de Dios, descrita por Pablo a los Filipenses en el capítulo 4, versículo 8: “Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio.”

Oración: Señor, quiero ocupar mi mente solamente de lo que te agrada. Amén!

Versículo base: “Luego Dios el Señor dijo: “No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.” (NVI) Gênesis 2: 18