Nuestro Dios es un Dios que salva, y nos rescata de la muerte
Después de los ataques al World Trade Center, el 11 de septiembre de 2001, una empresa pidió a algunos de sus empleados, que por algún motivo no estaban trabajando en el momento de los ataques, que informaran el motivo de su ausencia. Y esto es lo que informaron:
– Una mujer dijo que llegó tarde porque su despertador no sonó;
– Un hombre quedó atrapado en el tránsito debido a un accidente;
– Otro hombre perdió el autobús que lo llevaría al trabajo;
– Una persona dijo que no podía conseguir un taxi para llegar a la oficina;
– Alguien dijo que su auto simplemente no funcionó esa mañana;
– Y por último, otro dijo que se le derramó café en la ropa y tuvo que cambiarse, por lo que llegó tarde.
Estas historias hablan de cosas sencillas, de un día común, que todos hemos vivido en algún momento. Y es posible que nos sintamos incómodos cuando alguna de estas cosas sucede. Sin embargo, nunca sabemos qué puede estar detrás de cada acontecimiento en nuestras vidas.
El ataque del 11 de septiembre obviamente impactó al mundo entero y es fácil identificar una liberación en este día. Pero es posible que tu auto haya fallado la semana pasada, para que no estubieras en una esquina específica a las 6:44 de la mañana. Y esta fue una liberación de Dios, de la que nunca supiste.
En el versículo elegido para hoy, el salmista celebra la liberación del Señor:“¡Nuestro Dios es un Dios que salva! El Señor Soberano nos rescata de la muerte“. Tú y yo experimentamos cada día la liberación del Señor, porque Él nos ha guardado, aunque para hacerlo, quizás derramó café en alguna camisa.
Oración: Señor, agradezco tu liberación, que me llega todos los días. Tú eres Dios que salva, que me libera de la muerte. Amén.
Versículo base: ¡Nuestro Dios es un Dios que salva! El Señor Soberano nos rescata de la muerte.(NTV) Salmos 68:20