“Tienes suerte de no estar aquí, porque yo estuve aquí”
Dennis Rader fue un asesino en serie estadounidense, que se hizo conocido como BTK, apodo que él mismo se puso. BTK es un acrónimo de las palabras en inglés: “bind, torture, kill”, que significan “atar, torturar y matar”. Entre 1974 y 1991 tuvo al menos 10 víctimas y siempre envió cartas provocativas a la policía. También enviaba a la policía, recortes de periódicos sobre sus crímenes.
BTK tenía la costumbre de estudiar calmamente a sus víctimas. Y en un momento dado eligió a su víctima, la observó durante semanas, anotó todos sus movimientos, sus hábitos y eligió el día del ataque. Antes de la hora en que la mujer solía llegar a su casa, él entró y permaneció escondido, esperando a su presa. Pero precisamente ese día, esta mujer no regresó a su casa y se quedó en la casa de una amiga. BTK tuvo que marcharse sin poder llevar a cabo el ataque planeado. Sin embargo, su lado más narcisista quería que su víctima supiera que había entrado en su casa y la estaba esperando. Entonces dejó una nota que decía: “Tienes suerte de no estar aquí, porque yo estuve aquí”.
Me pongo a pensar en cómo se habría sentido esa mujer en los días siguientes, al saber que dentro de su casa, estuvo uno de los asesinos en serie más crueles de todos los tiempos. ¿Cómo se sentiría saber que el enemigo había estado dentro de su propia casa y conocer que lo había estado observando durante semanas, solo preparando un ataque?
Y mis amados hermanos, así es exactamente como actúa Satanás. El nos observa, planeando su próximo ataque. Él entra a nuestra casa, y está al acecho, buscando una oportunidad, para traer discusiones, peleas y confusión. Nos observa de cerca, para conocer nuestros puntos débiles y saber cómo y cuándo enviar sus ataques.
Pero no necesitamos “suerte” para deshacernos de los ataques del enemigo. Y tampoco creo que haya sido la suerte lo que salvó a esta mujer de las manos de BTK. Fue la liberación del Señor. La palabra nos dice en el Salmo 34 que “El Señor oye a los suyos cuando claman a él por ayuda; los rescata de todas sus dificultades”.
Nuestro Dios nos librará de los ataques de Satanás si lo buscamos con todo nuestro corazón. Ningún ataque del enemigo prosperará contra el que clama a Dios pidiendo ayuda.
Nos dirán que tuvimos suerte. Pero nosotros sabemos que fue la liberación del Señor.
Oración: Señor, creo en tu liberación. Sé que nada pasa en mi vida sin tu permiso. Por eso clamo a ti, que cuides y guardes a mi familia. Confío en ti. Amén.
Versículo base: “El Señor oye a los suyos cuando claman a él por ayuda; los rescata de todas sus dificultades. El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón; él rescata a los de espíritu destrozado. La persona íntegra enfrenta muchas dificultades, pero el Señor llega al rescate en cada ocasión. Pues el Señor protege los huesos de los justos; ¡ni uno solo es quebrado! Sin duda, la calamidad destruirá a los perversos, y los que odian a los justos serán castigados. Pero el Señor redimirá a los que le sirven; ninguno que se refugie en él será condenado.” (NTV) Salmos 34:17-22