No seas individualista, “pasa la pelota”
En la película, titulada “Gol”, estrenada en 2005, un cocinero mexicano llamado Santiago Muñez tiene la oportunidad de cumplir su gran sueño de jugar fútbol profesional, cuando recibe la oportunidad de entrenar en el Newcastle, de Inglaterra. En sus primeros días en el club, el técnico observa un comportamiento individualista con el balón. En una escena de la película, durante un entrenamiento, el técnico observa que Muñez es individualista y no pasa el balón a sus compañeros. Detiene el entrenamiento, llama a Muñez y le dice:
– “Cuando te diga, corre hacia la meta lo más rápido que puedas”.
Cuando Muñez corre hacia la meta, el entrenador al mismo tiempo patea el balón que llega primero a la meta.
Lo repite unas cuantas veces, hasta que explica:
– “Entiende una cosa: la pelota siempre será más rápida que tú”.
El técnico trataba de explicarle a Muñez que lanzar el balón a sus compañeros era una forma más rápida y eficaz de hacerla llegar a la portería contraria, en lugar de intentar llevar la bola solo, tratando de driblar a todos los que tenía por delante.
Y finalizó:
– “El nombre en la parte trasera de tu camiseta nunca será más importante que el nombre en la parte delantera”, en referencia al nombre del club.
No pocas veces, somos individualistas. En nuestro trabajo no delegamos, porque pensamos que nadie puede hacerlo mejor que nosotros mismos. En la familia, no compartimos nuestras luchas y dificultades, tratando de encontrar la solución solos. E también ignoramos a Dios, que cada día espera nuestra oración y un corazón abierto para hablar de nuestro dolor.
No seas individualista, “pasa la pelota”. Delega actividades en tu trabajo, comparte tus luchas y dificultades con tu familia y abre tu corazón ante Dios. Él mismo nos dice en su palabra: “Separados de mí nada podéis hacer“.
Oración: Señor, hoy decido no ser más tan individualista. Delegaré actividades a otras personas, creyendo que pueden ser bien ejecutadas. Decido compartir con mi familia las luchas y dificultades que tengo y, sobre todo, vengo ante ti para abrir mi corazón, sabiendo que sin ti nada puedo hacer. Amén.
Versículo base: Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada. (NTV) Juan 15:5