Si alguien no falla en lo que dice, es una persona perfecta
Confucio dijo una vez:
“Una semilla crece en silencio, pero un árbol, cuando cae, hace un gran ruido. En la destrucción, hay mucho ruido, pero el crecimiento es silencioso. Ese es el poder del silencio. Crezca en silencio”.
Confucio
La frase de Confucio es muy interesante. Ella demuestra que crecemos en silencio, no en medio de ruidos, gritos y confusión. Me gusta decir que aquellos que se preparan en silencio celebran su victoria en alta voz. Pero el que se prepara jactándose y menospreciando a sus adversarios, callará después de la derrota.
Y en la Biblia también aprendemos mucho sobre el silencio y su importancia. Santiago, en el capítulo 3, llega a afirmar que “si alguien no falla en lo que dice, es una persona perfecta”. Podemos observar que Santiago llama PERFECTA a la persona que no falla en su hablar. Con eso, nos muestra que quizás el mayor desafío que cualquiera de nosotros enfrentará es dominar su boca. Y cuando pienso en todas las tonterías que he dicho, me doy cuenta de lo acertada que es esa palabra.
Salomón está de acuerdo con Santiago. Y en Proverbios incluso afirma que “hasta los necios pasan por sabios si permanecen callados y parecen inteligentes cuando mantienen la boca cerrada.” (Proverbios 17:28). El silencio, pues, es útil hasta para ocultar mi ignorancia.
La reflexión de hoy, entonces, es ésta: ¿has sido prudente en tu hablar? ¿Sabes guardar silencio cuando es necesario? Pídele sabiduría a Dios, y Él te mostrará cuándo hablar y cuándo callar.
Oración: Señor, quiero ser prudente en mi hablar y saber callar. Ayúdame Señor, a dominar mi lengua. Amén.
Versículo base: Todos fallamos mucho; y si alguien no falla en lo que dice, es una persona perfecta que puede dominar todo su cuerpo. Cuando les ponemos freno en la boca a los caballos, podemos hacer que nos obedezcan y así los dominamos. (NBV) Santiago 3:2-3