Disciplina y amor

Una madre le habla a su hijo.

Un niño necesita dos cosas muy importantes: ¡disciplina y amor! ¡Y las dos juntas, al mismo tiempo!

Un gran error que cometemos como padres con alguna frecuencia es elegir entre una cosa y otra. A veces aplicamos mucha disciplina y poco o ningún amor. O lo contrario: mucho amor y poca o ninguna disciplina. Es necesario entender que mientras estoy disciplinando, puedo dar amor. En el mismo momento. El amor es también una forma de disciplinar, porque el amor enseña más que las palabras. Y como somos humanos, a veces podemos disciplinar con ira, con rabia y no con amor. Y el amor es tan importante cuanto la disciplina.

Cuando castigas a tu hijo, abrázalo. Cuando reprenda a su hijo, elija palabras de amor para hacerlo. No ofendas, no le hagas daño. Pero cuando el falla, no lo dejes sin disciplina. ¡Él también la necesita!

Disciplina y amor! ¡Ambos al mismo tiempo!

Oración: Señor, pido tu ayuda para saber disciplinar y dar amor a mis hijos, en la medida correcta, sabiendo que las dos cosas van juntas. Amén!

Versículo base: “No corregir al hijo es no quererlo; amarlo es disciplinarlo.” (NVI) Proverbios 13: 24

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