La mujer sabia edifica su casa, pero la necia la derriba con sus manos

Se dice que cierta mujer era cristiana, amaba a Dios y tenía la costumbre de hacer sus devocionales diariamente, sin faltar un solo día. Su vida era correcta, iba a la iglesia con frecuencia y hablaba de Dios y su amor en las redes sociales. Para muchos era la mujer modelo, la mujer virtuosa que encontramos en Proverbios 31.

Sin embargo, había algo que ella no lograba cambiar: el hábito de quejarse. Todos los días se quejaba, a veces con sus hijos, otras con su esposo. No pasaba un solo día sin quejarse de algo. Además, su estado de ánimo era inestable. En muchas ocasiones, en el mismo día, tenía momentos de alegría y euforia, y otros de tristeza, quejas y reclamaciones. Con el tiempo, se convirtió en la mujer pendenciera de Proverbios 27, versículo 15: “La gotera continua en tiempo de lluvia y la mujer pendenciera, son semejantes“. Las constantes quejas nublaron todas sus virtudes. Y como nos advierte Proverbios 14 en el versículo 1, “La mujer sabia edifica su casa, pero la necia la derriba con sus manos“.

Y de hecho, la familia de esta mujer se derribó. El esposo, cansado de las quejas constantes, se fue y se alejó del Señor, porque “no es bueno que el hombre esté solo” (Génesis 2:18). Solo, ese hombre se perdió en el camino y nunca más fue el mismo. Los niños también se perdieron, por la ausencia del padre y la inestabilidad de su madre. Y la que una vez fue considerada la mujer de Proverbios 31, había derribado su casa con sus propias manos.

Esta historia es ficticia, pero podría decir, sin temor a equivocarme, que ha sucedido miles de veces, en muchos hogares. Mujeres, que en muchas ocasiones son verdaderamente cristianas, pero que no aprenden a refrenar su lengua, destruyen a sus propias familias. Porque como nos advierte Santiago, en el capítulo 1, versículo 26, “si alguno de vosotros se considera muy religioso, pero no refrena su lengua, se engaña a sí mismo y su religión no sirve para nada

Mujer, hoy me dirijo a ti para preguntarte: ¿has sido como una gotera constante en tu hogar? ¿Eres tú la mujer sabia que edifica la casa, o eres la necia que con sus propias manos la derriba?

La mujer necia, con sus manos derriba su casa – Devocional Diario

Oración: Señor, hoy oro por cada mujer que ha sido una gotera constante en su hogar. Dale sabiduría, para que edifique su hogar. Amén.

Versículo base: La mujer sabia edifica su casa, pero la necia la derriba con sus manos (NVI) Proverbios 14:1

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