Si el Hijo los hace libres, ustedes serán realmente libres
Me gusta mucho ver un programa de televisión que se llama Alerta Aeropuerto. La serie muestra las diferentes situaciones que viven los pasajeros en los aeropuertos. Entre las situaciones más comunes que se transmiten en el programa se encuentran la falsificación de visas y pasaportes y las “mulas”, que son personas que intentan transportar droga en su equipaje o incluso dentro de su cuerpo.
Me llamó la atención la declaración de una joven, detenida portando estupefacientes dentro de su cuerpo. Entrevistada cuando ya había salido de prisión, luego de cumplir su condena, dijo:
– “Acepté llevar drogas porque pensaba que no había salida en mi situación económica. Pero en la cárcel entendí que es justo allí, en la cárcel, que no hay salida. Porque si tengo libertad, puedo luchar, ir pelear por soluciones. Pero si estoy en prisión, no puedo hacer nada”.
Mientras escuchaba las palabras de esa mujer, recordé lo que Jesús enseñó en Juan capítulo 8: “todo el que comete pecado es esclavo del pecado”. (Juan 8:34). Cuando somos esclavos del pecado, estamos apegados a nuestra carne, adicciones y desviaciones de conducta y no alcanzamos las promesas que Dios tiene para nuestra vida. Estamos encarcelados y no andamos en el camino que Dios ha planeado para nosotros. Pero Jesús nos dijo cómo ser libres: “si el Hijo los hace libres, ustedes serán realmente libres”. (Juan 8:36)
Como esta mujer, caemos en el pecado por pensar que no tenemos salida. Pero la verdad es que en Jesús podemos estar libres de cualquier adicción o pecado. Si lo buscamos cada mañana, si meditamos en su palabra, conoceremos la verdad y esta verdad, nos hará libres.
Oración: Señor, quiero ser libre de mis adicciones y pecados. Por eso decido buscarte cada mañana y conocer tu verdad, para ser libre. Amén.
Texto base: Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en Él: «Si ustedes permanecen en Mi palabra, verdaderamente son Mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres». Ellos le contestaron: «Somos descendientes de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices Tú: “Serán libres”?». Jesús les respondió: «En verdad les digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí permanece para siempre. Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes serán realmente libres. (NBA2005) Juan 8:31-36