“Haz lo que digo, y no lo que hago”

Haz lo que digo y no lo que hago
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Es muy común encontrar personas con diferencias importantes entre lo que dicen y la práctica. Son personas que hablan mucho de respeto, honestidad o transparencia, pero que en sus actitudes son irrespetuosas, deshonestas y mentirosas. Este problema es muy serio. Y se vuelve aún más serio si precisamente yo soy esa persona.

Este tipo de comportamiento se conoce popularmente con la frase “haz lo que digo, y no lo que hago”. Obviamente, aquellos que tienen este tipo de comportamiento nunca citarían la frase. Quizás, porque no son conscientes de la incongruencia entre el discurso y las actitudes, o muchas veces, por no darse cuenta de que ese ha sido su comportamiento regular.

Para que puedas hacer un autoanálisis, voy a citar algunos ejemplos sencillos de este tipo de conducta:

  • Prohibir a los niños usar teléfonos celulares en la mesa durante las comidas, pero por “razones de trabajo”, haces uso de ellos;
  • Enseñar a los niños a decir siempre la verdad, pero mentir sobre la edad del niño para no pagar el pasaje en el bus o un ticket de entrada a un evento;
  • Predicar sobre el respeto por los demás, pero ofender a otro conductor en el tráfico;
  • Hablar de honestidad, pero no declarar todas sus ganancias en su declaración de impuestos;
  • Defender la família y los principios y ver pornografía.

Si por un lado, podemos engañar a los hombres con discursos falsos, nunca podremos engañar a Dios. El profeta Isaías recibió esta palabra de Dios: “Este pueblo se me acerca con la boca y me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí”.

Cuando nuestro corazón está lejos del Señor, nuestras actitudes no serán de su agrado, aunque nuestro discurso sea hermoso o elocuente. Y las acciones siempre hablan más que las palabras. Es lo que vemos en Tito 1:16: “Profesan conocer a Dios, pero con sus hechos lo niegan, siendo abominables y desobedientes e inútiles para cualquier obra buena”.

Oración: Señor, mi deseo es que mis acciones hablen más que mis palabras. Muéstrame cuando soy hipócrita. Amén.

Versículo base: “Dijo entonces el Señor: «Por cuanto este pueblo se acerca a Mí con sus palabras Y me honra con sus labios, Pero aleja de Mí su corazón, Y su veneración hacia Mí es solo una tradición aprendida de memoria”. Isaías 29:13

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