Ofrezcamos continuamente sacrificio de alabanza a Dios

En Hechos 16 encontramos el registro del viaje de Pablo y Silas. El texto cuenta cómo el Espíritu Santo les impidió predicar en Asia y después de entrar en Bitinia. En una visión, se le reveló a Pablo que debía ir a la región de Macedonia (versículos 9 y 10). Y así lo hicieron. En el viaje a Macedonia, predicaron el evangelio, expulsaron demonios y bautizaron a nuevos cristianos. Sin embargo, algo sucedió: fueron arrestados y severamente azotados (versículo 23).

Ahora quiero que te pongas en los zapatos de Pablo y Silas. Hicieron la voluntad de Dios, estaban dedicando su vida a predicar su palabra y ante una visión entendieron que debían ir a Macedonia, lo cual hicieron en total obediencia. ¿Y qué obtuvieron a cambio? Azote y prisión, donde estaban atados de pies y manos. ¿Qué harías tú en su lugar? No sé cuál es tu respuesta, pero con toda honestidad, sé que yo estaría cuestionando a Dios y su amor.

Pablo y Silas, sin embargo, no hicieron más que orar y alabar a Dios: “Como a medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios, y los presos los escuchaban”, Hechos 16:25. Fue entonces cuando “De repente se produjo un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel fueron sacudidos. Al instante se abrieron todas las puertas y las cadenas de todos se soltaron”, versículo 26.

Mi querido lector, es fácil orar y alabar a Dios cuando todo va bien. Pero los cimientos de tu vida solo se estremecerán si oras y alabas en los momentos difíciles, en esos días en que no quieres. Y por eso lo llamamos de “sacrificios de alabanza”, porque se hace con esfuerzo, cuando no sentimos ganas ni vemos razón para alabar a Dios.

No importa cuál sea tu lucha hoy, alaba a Dios. Es en la alabanza que se sacudirán los cimientos.

Oración: Señor, te alabo en medio de mi lucha. Aquí, en medio del caos, levanto mis manos en adoración, porque sé que es cuando se estremecen los cimientos. Amén.

Versículo base: Por tanto, ofrezcamos continuamente mediante Él, sacrificio de alabanza a Dios, es decir, el fruto de labios que confiesan Su nombre (NBA2005) Hebreos 13:15