Podemos provocar amor u odio
Vivimos en una época en que las redes sociales tienen el poder de bendecir o destruir vidas. Todo lo que se publica en las redes pasa por el juicio de la población y cuando algo se vuelve “viral”, puede ser para bien o para mal.
Sucedió en 2019, con una modelo, que había ganado un concurso de belleza. Ella publicó un video en Instagram donde se burlaba de un repartidor de Uber Eats por hacer entregas en bicicleta. Evidentemente, tras el episodio cayó en el “odio” del público y, por toda la repercusión, hasta perdió el título de belleza que había conquistado. Mientras tanto, el repartidor de Uber Eats ganaba la empatía de la gente, al punto de recibir de regalo una motocicleta, comprada por una red solidaria en internet.
Esta pequeña historia de la vida real muestra que nuestras acciones despiertan sentimientos en las personas. Podemos provocar amor u odio, por lo que hacemos o decimos. Ocurre con gran intensidad en las redes sociales, pero ocurre principalmente en nuestra vida cotidiana. Y particularmente, creo firmemente en el poder de las buenas actitudes.
Creo con todo mi corazón que llevarle un café a un compañero de trabajo, o bombones al trabajador de la limpieza tiene el poder de generar amor y empatía. El respeto, una palabra amable, un gesto de cariño son poderosos para generar amor, mientras que una palabra dura, un mal trato o una burla, pueden tener el efecto contrario, generando odio y desprecio.
¿Cuál ha sido tu actitud hacia los demás? ¿Eres tú el que siempre tiene “dos piedras en la mano”? Cámbialas por bombones. Y mira lo que pasa.
Oración: Señor, quiero ser el que cambia las piedras por chocolates, el que usa la respuesta amable en lugar de la palabra dura. ¡Amén!
Versículo base: La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego. La lengua de los sabios destila conocimiento; la boca de los necios escupe necedades. (NVI) Proverbios 15:1-2